29 de abril de 2004

Esta mañana el campamento ha vuelto a amanecer con diez centímetros de nieve. Lo cierto es que el tiempo, a pesar de las previsiones que obtenemos por vía satélite, es imprevisible y por desgracia abundan más las nubes y las nieves que los ratos de sol.

En nuestra fase de descanso en el Campamento Base, hoy día 29 hemos decidido hacer una marcha de reconocimiento por las escondidas y remotas gargantas que dominan por el norte el Campamento Base. Mientras nuestros sherpas realizan un porteo hacia el Campamento I, los cinco miembros de la expedición que estamos en el Campamento Base comenzamos a remontar las fuertes pendientes de pasto y musgo que nos llevan hacia una grandes lomas de canchales morrénicos.

Las pendientes son tan fuertes y mantenidas que a pesar de la altitud superior a los 5000 metros y a diferencia de la ruta de los campamentos de nuestra expedición pronto conseguimos buena altura. En esta primera hora de marcha  volvemos a encontramos con un grupo de cabras de montaña entre las que se encontraban dos machos con notable cuerna.

A 5300 metros entramos en un terreno de grandes bloques que un rato después nos depara una magnífica sorpresa: encontramos una laguna glaciar de cerca de 400 metros de largo completamente helada y que ni siquiera figura en los mapas que tenemos de la zona. Por encima de la laguna un imponente umbral glacial revestido de cascadas de hielo componía una imagen agreste que se veía reforzada por la niebla que en ese momento empezaba a cubrir las montañas. Un poco más arriba, veíamos entre los retazos de niebla, los “serazs” del glaciar de Pangpema. El lugar está revestido de soledad, misterio y fuerza pues se aparta de toda ruta habitual de esta zona del Himalaya.

Seguimos nuestra ascensión por unas grandes pendientes que conducen al pico innominado de cota 6130, pero al alcanzar casi la cota 5600, al entrar en la niebla y reducirse la visibilidad, decidimos, tras una pequeña estancia para aclimatar, volver hacia nuestras tiendas del campo base.

Mañana esperamos con alegría la vuelta de Benito que tuvo que dejar el Campamento Base para reponerse de una afección dental.

Un fuerte abrazo de todos,

Expedición Dome Khang