29 de Junio al 5 de Julio del 2008

Tras la llegada y los mil tramites de organización emprendemos en Villahermosa, una ciudad situada en pleno manglar, nuestro camino hacia el estado de Tabasco.

La humedad cercana al 98% augura la dureza del recorrido, aunque no repercute en el entusiasmo y la ilusión de este grupo de expedicionarios. Al día siguiente, por fin empezamos a conocer este maravilloso pero duro país; la humedad, los mosquitos, la alimentación precaria y el cansancio comienzan a cambiarnos la cara, aunque siempre buscamos la mejor sonrisa para nuestros compañeros.

El Cañón del Sumidero: una sensación de alegría al conocer uno de los lugares donde pasó D. Diego de Mazariegos, y el escalofrío por la funesta muerte de esta población indígena.

Un cortado sobre el Río Grijalva de más de 1.100 metros de caída y una densa selva, donde podemos encontrar monos araña y cocodrilos en las riberas del río. Un lugar espeluznante pero a la vez maravilloso, sobrecogedor y majestuoso, donde la tradición dice que Mazariegos y los suyos arrinconaron a los indios Chiapanecas. Bien sea suicidio, huída trágica o simplemente táctica de guerra, el triste final de los chiapanecas ocurrió en estas rocas que hoy hemos conocido..

Hoy vamos camino de San Fernando de Ánimas, donde Mazariegos acampó con el resto de ciudadrealeños y mexicas, camino del Valle de Jovel

“Y en la mañana, con el rocío, caminamos por tierras encharcadas, pestilentes olores y un calor como el de Ciudad Real, el día de la Virgen del Prado.” Diego de Mazariegos

Es 2 de Julio y nos encontramos en San Fernando de Ánimas un pueblo de la región zoque, en el centro del estado de Chiapas. En algunos escritos aparece que fue el primer lugar en el que D. Diego de Mazariegos acampó camino de los poblados chiapanecas. La llegada fue a pie después de un recorrido con bastante calor, convirtiendo la caminata en más dura de lo previsto. Fincas, animales, … gente ¿qué encontraría D. Diego en estas tierras?.

Nosotros hemos encontrado 480 años después que la influencia y conocimiento español se hacen presentes en un valle en el cual la cultura y la educación son escasos y muy marginados, un pueblo olvidado durante muchos años que actualmente empieza con orgullo a resurgir su identidad cultural. Dormimos en un parque situado a las afueras de esta ciudad.

La situación en el grupo es buena, pese al continuo movimiento, cansancio y sueño que acumulamos durante estos días. En el Museo de Historia encontramos la imagen de D. Diego de Mazariegos. que acampó con el resto de ciudadrealeños siguiendo su incursión por las tierras chiapanecas. Aparecen textos históricos, que retratan los avatares de esta aventura americana.

Junto con una imagen pictórica de la batalla del Cañón del Sumidero encontramos documentos de la creación del primer Ciudad Real, Chiapa de Corzo;

Nos adentramos caminando en el corazón de esta primera Villa Real pisando una de las plazas más bonitas con  la fuente central de estilo mudéjar. Construida en la conquista de Mazariegos por los ciudadrealeños que le acompañaban, se ve majestuosa jalonada por un gran árbol Ceiba milenario que ha visto pasar la historia sobre sus raíces. El ex convento de los Dominicos, construido en el s. XVI nos hizo imaginar cómo sería la vida al lado del río con sus mosquitos y su calor. Algo por lo que los ciudadrealeños decidieron posteriormente cambiar la ubicación de la ciudad 30 días después.

Acampamos en las ruinas de la iglesia de San Sebastián construida por los españoles también del s. XVI y que se derrumbara en un terremoto ocurrido a finales del s. XVII.

Un sentimiento de pioneros nos abraza esta noche y, tras un merecido descanso en estas piedras, partiremos hacia nuestro gran destino… San Cristóbal de las Casas, el Ciudad Real de México.