Segunda travesía

José Mijares e Hilo Moreno llevan a cabo en este momento la segunda de las 7 travesías de hielo planteadas en su proyecto Siete de Hielo. Tras el cruce en total autonomía durante 25 días del Campo de Hielo Norte en Chile, su siguiente desafío se lleva a cabo en Spitsbergen, la isla más grande del archipiélago de Svalbard.

Las Svalbard se encuentran en el Océano Glacial Ártico, entre los 74o y los 81o de latitud Norte – a unos 1.000 km del Polo Norte Geográfico. Tal ubicación sume a las islas en una noche perpetua desde el 26 de Octubre hasta el 15 de Febrero, mientras que el sol de medianoche luce sobre sus costas desde el 20 de Abril hasta el 23 de Agosto. El 60% de los 60.000km² que ocupan las islas está cubierto de hielo, aunque la corriente del Atlántico Norte atempera el clima y mantiene sus costas navegables la mayor parte del año.

Sólo hay dos núcleos habitados permanentemente en Spitsbergen: Longyearbyen, bajo jurisdicción Noruega, y Barentsburg, una explotación minera administrada por Rusia. En el interior, la única presencia humana permanente se limita a una base científica polaca en Hornsundet. Spitsbergen (picos dentados), la isla más grande del archipiélago de Svalbard, es excepcional por muchas razones, pero tal vez la más curiosa sea que allí, para variar, una especie en peligro de extinción como es el oso polar, supera en número a su mayor amenaza – los seres humanos.

Svalbard es el hogar de algunas de las más grandes colonias de aves en el Atlántico Norte. En el archipiélago viven además renos, zorros polares y morsas. Alrededor del 60 % de la masa terrestre de Svalbard está cubierta por grandes y pequeños glaciares y solo un 6 o 7 % de esta superficie está cubierta por vegetación El archipiélago cuenta siete Parques Nacionales: casi el 65% del área de las islas está protegido ya que la naturaleza ártica es muy vulnerable a las actividades humanas y por ello el turismo está restringido

Los primeros en pisar las costas de Svalbard fueron probablemente vikingos o cazadores rusos. Sin embargo, el descubridor oficial es el holandés Willem Barents, en 1596, que exploró la costa cuando buscaba el Paso del Noroeste (entre el norte de Europa y el continente americano). Las islas funcionaron como base ballenera internacional durante los siglos XVII y XVIII y también sirvieron como punto de partida de muchas expediciones árticas. En 1929 se firmó el tratado de Svalbard, que concedía la soberanía de las islas a la corona noruega, aunque permitía que los demás países firmantes explotasen las riquezas mineras y pesqueras de la zona. Actualmente, sólo Rusia continúa haciendo uso de tal privilegio.

Las mayores dificultades a la hora de cruzar Spitsbergen se encuentran en las zonas de fiordos, donde los expedicionarios progresan sobre banquisa: una capa de hielo sólido sobre las aguas marinas, que a menudo puede ser muy frágil, y que se mueve y rompe continuamente por efecto de las corrientes. También atraviesan varios glaciares de superficie agrietada e irregular que impone un ritmo de avance muy lento y fatigante. La navegación se hace muy difícil en condiciones de niebla o ventisca.

Pero sobre todo deben prestar atención a la presencia de osos polares. Estos animales, que pueden llegar a medir casi tres metros de alto y superar los 500 kilos, son eminentemente carnívoros y pueden llegar a ser muy agresivos en sus encuentros con humanos. Permanentemente en busca de comida, la falta de visibilidad no es un problema para estos animales, que gozan de un olfato finísimo. Para protegerse, José e Hilo instalan cada noche una cerca anti-osos alrededor de su campamento: se trata de un sistema de cables que, si se tocan, accionan una alarma sonora y varias bengalas. Asimismo, durante las jornadas de esquí ambos llevan a mano pistolas lanza-bengalas con las que esperan disuadir a los osos que se acerquen. Otros expedicionarios en la zona afirman que también funcionan los gritos e incluso, en distancias cortas, los aerosoles irritantes. Como último recurso, en caso de que todo lo demás falle, también llevan un rifle de caza. En cualquier caso, los expedicionarios están dispuestos a esperar todo lo posible y no disparar a un oso que su vida corra un peligro serio e inmediato. Después de todo, son ellos los intrusos en el territorio de estos mamíferos.

Su itinerario desde la ciudad de Longyearbyen comenzó el 1 de Abril tras obtener el permiso de las autoridades locales. Tras 11 horas de viaje en dirección 80º N con 2 motonieves mas una de apoyo para material, con sol y mucho viento y a una temperatura de -34ºC recorrieron Longyearbyen- Fretheim-Pyramiden-monte Newton-Verlegenhuken. El viaje debía comenzar en direccion N-S y no a la inversa por cuestiones de luz, temperatura y posibles vientos pero para esto era necesaria una costosa infraestructura de traslados en motonieve

Desde el primer momento la ventisca y el mal tiempo hacen que el avance sea muy dificultoso, reduciéndose a una docena o menos kilómetros al día. Van al límite de peso, habiendo eliminado todo lo no estrictamente necesario, y ven huellas de oso blanco a su alrededor continuamente. El 6 de Abril, un buen día, lograron hacer 20 km y comenzaron a subir el glaciar, primer gran obstáculo. En etapas diarias de 7 y 10 km, con temperaturas de hasta -30oC han continuado su ruta de glaciares Sorbreen, Trinity, Veteranen…

Las últimas noticias, el 11 de Abril, indican que pudieron abrir las velas que les ayudaran en la travesía con sus pulkkas, pero tuvieron que abandonar su uso por la bajísima visibilidad.