6 de noviembre de 2011

“Hoy ha hecho un día sin demasiado viento, pero ha estado nevando muchísimo. La nieve no es habitual en el Polo Sur, y nos preocupa que si el grosor que se está poniendo no se hiela nos costará mucho hacer avanzar el trineo.

Las previsiones para mañana son que el tiempo mejora. Nos lo tenemos que creer!”

Nos presentaremos a un concurso de Blogs, y seguro que ganaremos el premio al más aburrido de todos. Sencillamente, como cada día explicamos lo que pasa, y el hecho es que, desgraciadamente, no pasa nada, pues nos encontramos en que casi no tenemos nada que contar. Conclusión: Una fiesta divertidísima.

Podríamos reflexionar sobre que duro y pringado es vivir en un espacio tan reducido, durante tantos días y medio congelados, pero no sé si eso sería demasiado bien aceptado por los que vais siguiendo esta web, pues creo que todos tenéis bastante criterio como para podéroslo imaginar.

Lo que seguro no os podéis imaginar, es en qué consiste nuestra dieta a base de pelos de ‘Kartenka’. Nos explicamos: Las super botas que llevamos, de fabricación noruega, son sin duda las más adecuadas para hacer este tipo de travesías con fríos tan extremos y con esquís de ‘Back Country’. Pero para que tengan todas sus propiedades térmicas, las suministran con unos calcetines hiper gruesos de lana pura de oveja noruega, que son la pera, pero que tienen la particularidad de dejar ir muchísimos pelos por todas partes. Así pues, cada día cuando nos sacamos las botas y los correspondientes calcetines, dejamos ir un montón de pelos noruegos por toda la tienda … y evidentemente, estos sujetos tienen la gran habilidad de ir a parar a todas partes donde pueden estar en contacto con la comida: la nieve que queremos fundir, el agua que se está calentando, los recipientes donde comemos, etc … Nos requiere mucha atención y una intensa actividad el hecho de ir recogiendo los puñeteros pelos de ‘kartenka’ a todas horas … evidentemente, al final, uno es plenamente consciente de que entre las calorías que ha ingerido, hay algunas provenientes de este aditivo tan incómodo y repugnante. Así pues, a todas las penurias que ya podéis suponer que estamos pasando (físicas y mentales) dentro nuestra tienda a menos muchísimos grados bajo cero, se puede añadir esta rutina asquerosa, que nos hace nuestra espera aún mucho más “peluda”.

Odiamos las ovejas noruegas!!!