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Expedición SGE VILCABAMBA 2024

6 mayo |7:00 pm - 8:30 pm

Arturo Rodríguez

PRESENTACIÓN DE RESULTADOS

CON LA PARTICIPACIÓN DE:

  • JUAN IGNACIO ENTRECANALES, PRESIDENTE DE LA SGE
  • MIGUEL GUTIÉRREZ GARITANO, DIRECTOR DE LA EXPEDICIÓN
  • LEÓN ARSENAL, CODIRECTOR DE LA EXPEDICIÓN

El próximo martes 6 de mayo a las 19:00 h, la Sociedad Geográfica Española (SGE) presentará los resultados de la expedición de la Sociedad Geográfica Española a Vilcabamba 20024. En la presentación participarán el Presidente de la SGE Juan Ignacio Entrecanales, el director de la expedición Miguel Gutiérrez Garitano y el codirector de la expedición León Arsenal

(c) Imagen: Arturo Rodríguez

Se trata de una serie de trabajos de prospecciones arqueológicas sistemáticas llevadas a cabo en 2024 en dos polígonos diferentes en áreas remotas de los Andes de entre 3.000 y 4.700 metros de altitud. Esta campaña ha sido precedida por siete expediciones anteriores a estos mismos lugares que sirvieron para escribir una auténtica historia de Vilcabamba y de los exploradores que la buscaron, así como para rodar una película.

Miguel Gutiérrez-Garitano, director de la excavación, y su equipo han observado, fotografiado y recogido ahora datos de ubicación de los lugares con dispersión de fragmentos de cerámica diagnóstica, a lo que se sumaron una serie de excavaciones arqueológicas puntuales, el análisis en laboratorio de los materiales recolectados, lavados, clasificados y catalogados. También se llevó a cabo un análisis de arquitecturas por tipos, materiales, tecnología utilizada y su contexto. Posterior a los trabajos de campo se realizó el procesamiento de la data para el levantamiento topográfico y posterior análisis del paisaje. A lo que siguió un auténtico estudio etnohistórico, con revisión de fuentes documentales, crónicas, relatos de viajeros, investigaciones arqueológicas realizadas en la región, además de atención a los topónimos y la memoria oral de los habitantes.

Los hallazgos

La expedición arroja diferentes y amplios hallazgos en los dos polígonos estudiados:

POLÍGONO 1. MONTE COMBALLA Y VALLES ADYACENTES

Se trata de un cerro de 4.700 metros de altura situado al suroeste de la actual población de Vilcabamba. Rodeado además por otros montes de más de 4.000 metros como el San Cristóbal o el San Lorenzo, con los que conforma los valles de Huamanapi al este, Minaspata al Norte y Chalcha al oeste. También parte de sus cercanías el valle del río Negrilla. Los hallazgos de la expedición se han realizado en el propio Monte Comballa, sobre los valles de Huamanapi y Minaspata, así como en un paraje cercano a la cima, conocido como Huayna Huarco.

-MINAS EXPLOTADAS POR INCAS Y ESPAÑOLES

El Inca Pachacuti conquistó la región de Vilcabamba para hacerse con sus minas de metales preciosos. Sobre esto comenta Bernabé Cobo: “[El Inca Pachacuti] dio inicio a sus conquistas en las provincias de Viticos y Vilcabamba, tierra dificultosa de sujetar por sus muchos arcobucos y cerrados de selvas… Y llegando a Cocospata, como a veinticinco leguas de Cusco, le vivieron embajadores de Viticos y Vilcabamba, para más contentar al inca y ganar su gracia le dijeron que tenían que darle una sierra toda de plata fina y unas muy ricas minas de oro. El inca se holgó mucho de este ofrecimiento; envió a alguno de los suyos para ver si esto era así y le trajeran por muestras algún oro y plata. Fueron con presteza y hallaron que la riqueza era mucho mayor de lo que selo habían pintado al inca, a quién trajeron muchos tesoros de oro y plata de que él se alegró sobremanera. Detúvose allí más tiempo haciendo que le sacasen más cantidad de oro y plata. Salió el inca de Vilcabamba por el mismo camino que había entrado, y llegando al Cuzco, mandó celebrar esta jornada y descubrimiento de las minas con fiestas públicas que duraron dos meses”.

Tras Pachacuti, su hijo Tupac Inca ocupa la región de Vilcabamba y construye varias ciudades sobre las ya existentes que tenían origen huari y chanca: se construyen Choquequirao y el Cerro Victoria, asociados a la minería del oro. Se erigen Vitcos y la parte incaica de Vilcabamba. Tras la muerte de Atahualpa, con la llegada de los españoles, es Manco Inca quien les hace frente. Refugiándose en un reino oculto entre montañas, Vilcabamba, donde él y sus descendientes resistieron por cuatro décadas.

En 1572 los españoles conquistan el último reducto inca en Vilcabamba. Destruida la Vilcabamba inca, el general Hurtado de Arbieto erigió una nueva población con el mismo nombre, pero en otro lugar; en un área cercana a unas minas de plata explotadas por los incas conocidas como Oncoy; en este lugar, los españoles ya habían construido sobre las casas incas un poblado conocido como la Villa Rica de Argete. Pero el nuevo Gobernador renombra la población como San Francisco de la Victoria de Vilcabamba o Vilcabamba La Nueva, convirtiéndola en el nuevo centro administrativo de la región durante los siguientes siglos. “Creemos haber descubierto las minas de plata de los incas. Y las ciudades perdidas de Oncoy (inca) y –sobre esta- la Villa Rica de Argete (española), poblados mineros donde el General Martín Hurtado de Arbieto situó después la primera capital española de toda la región de Vilcabamba: por eso, podríamos estar hablando de un descubrimiento clave para comprender la historia de toda la región, al menos tras la conquista española”, asegura Guitérrez-Garitano.

-LOS MÍTICOS CERROS RICOS DE “GUAMANI” Y “GUAMANAPI”

Los españoles, por su parte explotaron Vilcabamba desde un punto de vista minero desde 1586 hasta 1593. En 1586 la coya (princesa inca) superviviente del saqueo de Vilcabamba, Cusi Guarcay, quien había sido mujer del inca Sairy Tupac, pidió permiso para entrar en Vilcabamba junto a algunos de sus parientes y descubrir “las antiguas minas de los incas“. Gracias a sus informaciones se pudieron abrir nuevas explotaciones en las que antes habían trabajado los incas. Los españoles explotaron en Vilcabamba 6 o 7 cerros de plata y unos pocos de azogue. Los más importantes de los cuales, eran los cerros de Guamani o Huamani y Guamanapi o Huamanapi.

A la hora de situar los citados cerros, Miguel Gutiérrez Garitano estudio la cartografía colonial de Vilcabamba; dio con un mapa firmado por Pablo José de Oricain y facturado en Cuzco en 1786 y que se conserva en el Archivo de Indias de Sevilla, que es fundamental para situar el Cerro rico de Guamani cuestión que abordamos en las presentes líneas. Se trata de un mapa impreciso en sus extremos, que tiene su centro -en letras rojas y mayores respecto al resto- en la población de San Francisco de la Victoria de Vilcabamba, que es el centro indiscutible del mapa. Para el Virreinato había desaparecido desde un principio la Vilcabamba inca para ser sustituida por un nuevo ente administrativo con capital y centro en san Francisco de la Victoria de Vilcabamba, que era una ciudad minera que aspiraba a ser el nuevo Potosí. Pero lo que nos interesa son los cerros que aparecen en el mapa junto a esta capital, en su vertiente sur: los cerros de Guamani y Guainaguarco.

Mientras que el resto del mapa está desdibujado y lleno de inexactitudes, este centro es sorprendentemente preciso. Aparecen dos cerros perfectamente dibujados y que constituyen el centro de un área mucho mayor y a la que se le confiere poca importancia. De suerte que ningún monte  más es nombrado en este mapa. Estas montañas de Vilcabamba están tan bien dibujadas que una comparación del dibujo con la realidad sobre el terreno basta para identificarlas con los montes actuales de San Cristóbal (en cuya ladera norte se construye el pueblo moderno de Vilcabamba) y Comballa. El cerro Guamani del mapa aparece, además, con una Cruz, siendo el San Cristóbal la única montaña del área que ha mantenido esa tradición. Mientras que el citado como Guainaguarco, con sus tres cimas consecutivas, es un calco del actual Comballa, cuyo paraje cimero, tal y como hemos constatado en nuestro estudio de campo, se conoce todavía con este nombre de Huayna Huarco.

“Consideramos –asegura Gutiérrez-Garitano- en función de esta información cartográfica y de otras consideraciones que se citarán, que los cerros ricos de Guamani y Guamanapi correspondían a las montañas de Guamani y Guainaguarco del mapa de Oricain que se corresponden con los actuales montes San Cristóbal y Comballa con sus valles de Minaspata y Huamanapi”.

-LA CIUDAD INCAICA DE ONCOY

La fuente donde recibimos información de este lugar es la famosa “Crónica moralizada” del padre Antonio de la Calancha, religioso criollo que ocupó altos cargos de la Orden de san Agustín en Bolivia y Perú en la primera mitad del siglo XVII. El documento es un clásico de los historiadores que han abordado la historia de la Vilcabamba Neoinca, pues relata la llegada al reino de la Orden de San Agustín, encarnada en los frailes Marcos García y Diego de Ortiz. Estos habían sido enviados en 1570 al reino de Tito Cusi Yupanqui, penúltimo Inca de Vilcabamba. El soberano accedió a llevar a los frailes por el camino que llevaba de Puquiura a Vilcabamba la Vieja, por una ruta que suponía un rodeo y donde había un paso al valle de Chalcha y también una laguna desbordada; los frailes tuvieron que entrar en el agua y pasaron frío y padecimientos. A esta laguna desbordada en un valle alto, donde había un camino al valle de Chalcha, lo denomina Antonio De la Calancha “Ungacacha” y que hoy podría traducirse como “Oncoy Cocha (o laguna de Oncoy)”. En este sentido, el director de la expedición asegura: “Solamente el valle de Minaspata responde a la perfección a esa descripción. Un camino inca lo cruza y pasa por un paso de montaña o abra que lo conecta al citado valle de Challcha. Y presenta una llanura con una laguna que se inunda en la temporada de lluvias, desde la que surge el río Minasmayo. Esta laguna es la de Minas Cocha, que se traduce como Laguna de las Minas”.

El primero en señalar que la Ungacacha de los frailes era la Oncoy Cocha inca fue John Hemming en su clásico “The conquest of the Incas”: “El hito más memorable durante el viaje de los frailes a Vilcabamba fue el lago pantanoso de Ungacacha. Bingham trató de mostrar que se trataba del ibón o lago de Yana Cocha en el camino a Machu Picchu. Más probablemente se trataba de Oncoy Cocha, donde Cocha significa lago, y Unga es una manera alternativa de pronunciar Oncoy; al pronunciar palabras idias los espñaoles libremente cambiaban la O por U y G con C. Fue en Oncoy, antes de llegar a Pampaconas, que la expedición de 1572 encontró rebaños y Alvarez de Maldonado cayó en su excitación en un terreno pantanoso. La mula de Bingham cayó asimismo en un pantano similar en el mismo lugar en 1911. Murua escribió que las minas de plata estaban cerca de aquí y Ocampo dijo que cuando movió el pueblo español de Vilcabamba para situarlo cerca de las minas, escogió el lugar de Oncoy donde los españoles que penetraron en este lugar encontraron rebaños. En este Oncoy estaba el Unga de De la Calancha, los frailes estaban moviéndose a través del valle de Pampaconas en la dirección de Espíritu Pampa y lo mismo estaba haciendo la expedición de 1572”.

-PRUEBAS DE POBLACIONES MINERAS INCAS Y ESPAÑOLAS

La expedición ha descubierto ruinas incas y españolas en tres parajes situados en las laderas del monte Comballa y conectados entre sí: “Rosario, Racaypata y Huayna Huarco”. “Toda la ladera suroccidental del valle de Minaspata –afirma Gutiérrez-Garitano- acoge restos de un asentamiento minero de larga ocupación desde el periodo Formativo hasta la actualidad y con clara presencia Inca y española. Lo cual, de ser el lugar –como todo apunta- donde estaban Oncoy y después la población minera de la Villa Rica de Argete, esto supondría una ruptura frente a teorías anteriores que sitúan estos lugares en donde está el pueblo actual de Vilcabamba (adonde pudo trasladarse después –primeros años del siglo XVII- al agotarse las minas, sin duda en busca de un lugar más cercano a las vías de comunicación, pero menos expuesto a las inclemencias del tiempo). Y lo que es más novedoso: podría haber estado en Minaspata asimismo, San Francisco de la Victoria de Vilcabamba en su segunda fundación, cuando Baltasar de Ocampo –fundador de la ciudad- la llevó al lugar de las minas, en el cerro platífero de Huamani y Huamanapi, renombrando la Villa Rica de Argete.

Sabemos por las fuentes históricas que la Villa Rica de Argete poseía templos, como el construido por la Orden Mercedaria. Mientras que la Vilcabamba minera fundada por Ocampo tenía una iglesia o ermita dedicada a San Francisco. Nuestra prospección ha encontrado decenas de recintos entre ellos -al menos- seis comunales, que, según la tradición oral de los pobladores, corresponden a ermitas antiguas. Incluyendo una capilla a San Francisco junto a la veta del mismo nombre (y que las fuentes sitúan sin duda en el cerro Guamani). En otros dos recintos, los sondeos arqueológicos han destapado la evidencia -en forma de piezas muebles- de cultos religiosos. Como la pequeña campana de bronce con badajo de hierro y madera situada en lo que, según los locales, fue la antigua ermita dedicada a la Virgen del Rosario. “En este lugar se llevó a cabo una excavación en forma de sondeo, datando el nivel de la campana desde  1673 en adelante”. Dicha ermita del Rosario está construida sobre un edificio más antiguo cuya cronología corresponde a épocas del Incanato “lo sabemos gracias un fragmento de hueso datado hacia 1456”, sostiene la directora científica de nuestras excavaciones, Geanette Guzman. Las dataciones han sido obtenidas gracias al Centro Nacional de Ciencia de Polonia, bajo el proyecto del profesor Andrzej Rakoski, “Chronology of  the Inca Expansion in the Cordillera Vilcabamba”: El yacimiento de Rosario se relaciona además –según Guzman- con fragmentos de cerámica “Sillustani” (importada, fabricada en Puno), cerámica colonial doméstica erosionada de pasta rojiza, la citada campana de bronce con restos de madera y fragmentos de cerámica y huesos quemados bajo la campana”. Lo cual demostraría su antigüedad inca y su continuidad en época virreinal y republicana. Lo cual no es óbice para que la actividad minera y agropecuaria continuara en la montaña hasta hoy. Pues sabemos que el monte Comballa ha sido visitado de continuo por numerosas compañías estatales y privadas, así como por mineros informales. Sobre todo al descubrirse uranio en su interior en la década de 1950.

-TRAMO DE CARRETERA INCA Y PARAJE DE HUMILLACIÓN DE LOS FRAILES

Para terminar esta disquisición es necesario citar la carretera inca que recorre el valle de Minaspata conectando el yacimiento de Rosario y Racaypata con el valle alto de Challcha; y que, sin lugar a dudas, identificamos como el tramo recorrido por los citados frailes agustinos de de la Calancha. Y que, en nuestra opinión, era la carretera y camino habitual desde Vitcos a Vilcabamba la Vieja, pues la investigadora Carmen Martín Rubio -tras estudiar una carta del enviado español Juan de Betanzos, que pretendía hacer las veces de embajador de la Corona en Vilcabamba- se percató de que en la misiva se hablaba de un camino inca que remontaba por un paso de montaña hacia el valle alto de Challcha como camino a Vilcabamba la Vieja o Vilcabamba inca. Este camino que utilizó Betanzos correspondería según opinión del director de la expedición, Miguel Gutierrez-Garitano, con el camino inca que recorre el valle de Minaspata, donde además se dio también “la escena de la humillación de los frailes por el inca Tito Cusi en la laguna de Oncoy Cocha”.

-COMBALLA COMO APU SAGRADO DEL MONTE ANDINO

Comentaba Christian Vitry, historiador de la Universidad de Salta, para la revista Yachayruna:  “Muchos santuarios de altura están relacionados con explotaciones mineras en la base o ladera de la montaña. Es sabido que los Incas consideraban sagrada una montaña que tuviese metales y les rezaban para que los entregaran (Cobo 1964). Raffino señala que un 75% de los sitios de altura están relacionados con la minería; menciona incluso que uno de los motivos de la penetración incaica en la Argentina fue la búsqueda de minerales.

El Comballa fue una montaña ocupada por los incas por sus minerales. Pero también, al parecer –en opinión de Carmen Martín Rubio-, fue sede del culto a la fertilidad. Dedicada al Sol y a la Madre Tierra, Inti y a la Pachamama. Pues, ala llegada de las lluvias, una cascada cae desde su cima hasta el alto valle de Chalcha, por su ladera oriental. Y de sus valles parten los ríos afluentes del río Vilcabamba que riegan la ciudadela de Vitcos, casa del Inca. Y hacia el este, desde el paraje de Huayna Huarco, en el solsticio, se ve salir el sol justamente sobre la pirámide del Nevado Verónica. Recordemos además la documentación histórica que menciona una concesión minera catalogada como “Las Capacochas” y que estaba situada en este monte. Sin duda refiriéndose a un santuario de altura donde se llevaba a cabo este ritual que comportaba el sacrificio de niños a los dioses o ante eventos excepcionales (como sequías, guerras o coronaciones de Incas). En este sentido, los sondeos llevados a cabo por nuestro equipo alumbraron una serie de recintos enterrados, bajo otros más modernos. Todo a escasos metros de la cima de la montaña, en el paraje denominado Huayna Huarco. En dicha plataforma, el sondeo dio como resultado el descubrimiento de los restos de una ofrenda a base de hojas de coca (datada para el siglo XV) y una cuenta de collar de vidrio azul (que pertenece al siglo XVII) europeo; sin duda una ofrenda al apu de la montaña llevada a cabo a escondidas por un individuo andino ya en época virreinal. Seguramente un minero, que solicitaba al apu fuera pródigo en metales. La arqueóloga Geanette Guzman, basándose en dataciones del equipo polaco, asegura -sobre la antigüedad del yacimiento de Huayna Huarco-: “Hay evidencias que datan desde 1515 d.C. hasta mediados del siglo XX, lo que demuestra la continuidad de uso del lugar. Se recogieron en el yacimiento, fragmentos de cerámica Inca Clásico y cerámica vidriada colonial, además de cerámica colonial doméstica erosionada, de pasta rojiza y acabado rústico”. Finalmente hay que señalar la posibilidad de que el propio topónimo, Huayna Huarco, signifique “joven o niño colgado o expuesto” en alusión al rito de la Capa Cocha. En este paraje, además, se han encontrado objetos de metal –tal vez los pies de una estatuilla de ofrenda fabricada en cobre-plomo- y un fragmento de estalactita tallado a modo de objeto o herramienta, junto a un horno inca de jabeca.

(c) Imagen: Arturo Rodríguez

 

POLÍGONO II: POBLADO FORTIFICADO DE CHUNGI LOMA, NECRÓPOLIS DE QUISHUARPAMPA Y NÚCLEOS DE POBLACIÓN PERTENECIENTES AL PERÍDODO INTERMEDIO TARDÍO.

El polígono número 2 donde hemos desarrollado nuestras investigaciones se encuentra en torno al valle de Ushnuyoc. Ushnuyoc es un paso de montaña que se extiende en la vertiente occidental sobre el valle del río Quishuarpampa. A lo largo de un camino que une los valles de Vilcabama y Panpaconas con el río Apurimac vía Patibamba.

2015: La expedición Mars Gaming, dirigida por Miguel Gutiérrez-Garitano descubre en las laderas septentrionales del puerto de Ushnuyoc, un sistema de cuevas formadas por un masivo derrumbe prehistórico, donde suponen la existencia de una necrópolis de unas doce hectáreas. Con decenas de enterramientos en cuevas. Todo queda recogido en el libro de Gutiérrez-Garitano “Vilcabamba: El Reino Escondido“. Un análisis posterior de imágenes satélite del entorno sumado a las observaciones y datos ofrecidos por Miguel Gutiérrez-Garitano destapa la presencia de una población prehispánica en el abra (Usnuyoc Pueblo), en una cresta sobre el recodo del camino que desciende hacia Toroc. El responsable de la expedición escribe a la Dirección Desconcentrada de Cultura advirtiendo de que en Ushnuyoc hay recintos correspondientes a edificios rectangulares y una gran necrópolis en el entorno. La necrópolis de Quishuarpampa en el valle del río del mismo nombre: Los incas no tenían costumbre de realizar enterramientos en cuevas; pero hay excepciones; como informa el arqueólogo vilcabambino Atilio Quispecusi, autor del artículo “Patrones funerarios de la Provincia de la Convención“, en ocasiones en Vilcabamba los incas reutilizaban tumbas de épocas precedentes; en Vitcos, por ejemplo, se dan enterramientos incas en cuevas, probablemente reutilizando tumbas más antiguas de época chanca. Por lo que creemos que Quishuarpampa es una necrópolis prehispánica, ya sea chanca, inca o las dos. En una de sus cuevas se descubrió parte de un esqueleto que, gracias a un informe del Instituto Aranzadi, del equipo del forense Paco Etxeberria, sabemos que corresponde a un hombre joven que murió hace siglos, aunque por su estado y estar los restos fuera de contexto no han podido ser datados. La hipótesis de Gutiérrez-Garitano pasa por identificar el área de Ushnuyoc como una zona de enterramiento y gran importancia ritual, -seguramente chanca en vista de los fragmentos cerámicos del entorno – que después fue utilizada por los incas para otros fines. En este sentido, un sondeo realizado por este equipo, descubrió un hacha inca de piedra, mellada por su filo. Lo que parece demostrar que los incas usaron los bloques de Quishuarpampa como cantera. Incluso hoy en día, los lugareños recorren grandes distancias para enterrar a sus familiares en Ushnuyoc. Quedando una tradición de lugar sagrado que se ha mantenido hasta nuestros días. Recordemos asimismo que el propio topónimo significa “El lugar donde hay un ushnu o altar votivo“. Por su parte, Qishuarpampa, que es el nombre del paraje donde está la necrópolis, se traduce como “Campo de Quishuares“; teniendo en cuenta que el quishuar era el árbol sagrado de los incas, todo apunta a que tanto el puerto como toda el área tenía (y tiene) una enorme importancia desde el punto de vista sacro o ritual.

Tras un sistemático examen del área en el seno de la expedición “Vilcabamba-La Exploradora 2024, con Componente de Investigación” se examina el abra de Ushnuyoc, Usnuyoc Pueblo (donde se observan doce recintos entre rectangulares y circulares) así como el yacimiento derrumbe de Quishuarpampa y las montañas aledañas, llegando al poblado de Taparacuyoc y al yacimiento de Llusqa, que es un agrupamiento de tres recintos rectangulares al norte de Ushnuyoc, muy similares o idénticos en morfología a los de Ushnuyoc pueblo. Asimismo se descubre sobre Taparacuyoc, en el alto de Chungi Loma, una suerte de poblado fortificado con una plataforma rodeada por una gran trinchera de tierra. Pudiendo estar -y así lo cree este autor como hipótesis- todo el conjunto en relación, con una función de control del paso. Pues el poblado de Chungi Loma es muy similar a otros del periodo Intermedio Tardío, tales como Achanchi.

-CONCLUSIONES GENERALES SOBRE EL POLÍGONO II

En primer lugar es necesario decir que el único sondeo arqueológico con recogida de muestras se llevó a cabo en el yacimiento de Quishuarpampa –donde se halló un hacha inca- y las citadas piezas óseas, además de otro llevado a cabo en el abra, donde no deparó resultado alguno. Creemos que en Ushnuyoc Pueblo[1] hubo una población de las que articulaban el territorio (control del paso); es pronto para teorizar aunque este autor piensa que se trata probablemente, en origen, de un asentamiento chanca correspondiente a un grupo familiar. Con relación directa con el yacimiento de Llusqa, igual a este pero más pequeño. Y ambos presididos por la gran fortaleza que se yergue sobre Taparacuyoc, donde grandes trincheras preceden a una zona con recintos circulares a lo largo de la montaña de Chungi Loma. Las similitudes del conjunto de Chungi Loma con el yacimiento de Achanchi, investigado por Bauer y Araoz, hacen sospechar que estemos –tanto en los casos de Ushnuyoc Pueblo, Llusqa y Quishuarpampa, como en el de Chungi Loma- ante un conjunto de origen chanca. Tendría por tanto el valle del río Quishuarpampa y el abra una cierta población en su momento de apogeo; y sin duda una importancia estratégica y ritual destacada, evidenciada en su cementerio y en la importancia sacra evidente de sus topónimos. Un esqueleto no hace una necrópolis, pudiendo ser también resto de un enfrentamiento o de un crimen. Pero los numerosos fosos de saqueo que hay en Quishuarpampa, a pesar de la pobreza de los restos de enterramiento encontrados –así como la presencia de otras tumbas avistadas más arriba por otros arqueólogos–, demuestran casi sin lugar a dudas que estamos ante un cementerio. Usado después por los incas como cantera. Queda por tanto mucho que investigar y debe realizarse en el lugar una excavación sistemática. Pero con lo que sabemos hasta el momento podemos hablar de un área de importancia. Que, como hipótesis situamos en el periodo Intermedio Tardío y probablemente de origen chanca en origen. El lugar sigue habitado hoy día por un puñado de familias campesinas de habla quechua en su versión chanca.

Pensamos que esta población tenía relación con esta población, tanto de carácter económico, como ritual; y que articulaba la carretera inca que cruzaba Vilcabamba de este a oeste formando un eje entre el río Apurimac y el río Concevidaioc. Un eje de este a oeste: Pampaconas-Ushnuyoc -Osambre.

RESUMEN DE TODO LO ANTERIOR

HECHOS:

1-Identificación de las montañas de Comballa y San Cristobal con los citados cerros ricos de Huamani y Huamanape, así como de la relación del nombre de Guanaguarco (o Huayna huarco) con la parte alta del Comballa.

2-Se demuestra la existencia de habitación humana en los valles de Minaspata y Huamanapi desde el periodo formativo hasta la actualidad; representando este periodo una serie de recintos circulares encontrados en ambos valles; mientras que la presencia inca y española están bien documentadas también en ambos valles. Con preeminencia clara del valle de Minaspata, donde hay un gran yacimiento que engloba los parajes de Rosario, Huayna Huarco y Racaypata y que demuestra que hubo allí una población inca dedicada a la minería de la plata, sobre la que se construyó otra española también minera.

3- Respecto a los yacimientos de poblados encontrados en el paso de Ushmuyoc (Ushnuyoc Pueblo, Llusqa, Chungi Loma) La comparación con yacimientos ya conocidos y la evidencia cerámica de la zona, nos hace pensar que se trataba de núcleos chancas. Lo cual encajaría con el tipo de enterramiento que se lleva a cabo en la necrópolis de Quishuarpampa.

[1] Hemos llamado así a la agrupación de recintos que presiden el paso. En nuestro caso no hemos podido más que apreciar unos diez recintos rectangulares y dos circulares. Asociados sin duda a evidencias de restos de cerámicas chancas que descubrimos no muy lejos de allí.

HIPÓTESIS DE TRABAJO:

(c) Imagen: Arturo Rodríguez

El proyecto aún está en curso, pero trabajamos sobre estas hipótesis:

4-La morfología del paisaje, su posición y la exactitud a la descripción de la escena de los frailes de las crónicas del fraile De La Calancha, nos convencen de que el valle de Minaspata era el paraje conocido como Oncoy y su laguna de Minas Cocha, se puede identificar como la Oncoy Cocha de las crónicas. Siendo los restos de poblado inca minero de la ladera sur del valle, la antigua la ciudad inca de Oncoy. Y por ello, debe sin duda identificarse los restos españoles construidos encima como los de la Villa Rica de Argete; donde, posteriormente, se produjo  la segunda fundación (tras trasladarse la pimera desde Hoyara) de San Francisco de la Victoria de Vilcabamba. Creemos esto además porque este equipo ha descubierto los restos de una capilla dedicada a San Francisco al lado de la mina del mismo nombre en el paraje de Rosario. Sabemos por las crónicas que esta mina estaba en el Cerro Rico de Guamani, donde en 1585 los españoles establecieron el campamento de la Villa Real de Guamani que solamente duró hasta 1587. Ya en 1590, se construye sobre la antigua Oncoy, la Villa Rica de Argete, pronto rebautizada como San Francisco de la Victoria de Vilcabamba en el mismo lugar de las minas. Profundizando en el terreno de las hipótesis, creemos que después, al acabarse las minas de plata en la primera década de 1600, el pueblo y la imagen de San Francisco de la ermita se trasladó a donde se encuentra hoy, en un lugar menos inhóspito y más accesible. Según los locales, la imagen de la virgen del Rosario de la ermita del mismo nombre, se trasladó a Llucma. Aunque el lugar siguió habitado por granjeros y frecuentado por mineros formales e informales hasta la actualidad. De estar en lo cierto, el descubrimiento sería extraordinario, por haber sido este centro minero, la capital administrativa de la Vilcabamba española durante siglos; y durante los últimos años del siglo XVI una ina de importancia de donde salía el mineral machacado a las fundiciones de Cuzco y Lima. Partiendo después a España, a México y a China.

5-Creemos también que por el valle de Minaspata pasaba la carretera inca principal que conectaba a Vitcos con Vilcabamba a través del valle de Challcha, que es la que recorrieron los frailes y Juan de Betanzos.

6-Otra conclusión importante respecto a este trabajo, es la importancia ritual en época inca y virreinal del monte Comballa, tanto debido a su riqueza minera, como a su importancia agrícola como fuente de los ríos que daban vida al río Vilcabamba y al río Concevidayoc, que desaguaban en Vitcos y en Vilcabamba, palacios del Inca. Sin duda se trataba de un apu, de importancia secundaria en el Incanato y de capital importancia durante el reino Neoinca. Trabajamos, en este sentido, con la hipótesis, afianzada por la toponimia (Huayna Huarco) y la información de época –donde una de las concesiones mineras se denomina ”las capacochas”- de que en un lugar cercano a su cima se llegaron a hacer rituales de Capa Cocha. Y, desde luego, se han documentado ofrendas a la montaña por este equipo, en una plataforma a escasos metros de la cima.

7- Respecto a los yacimientos de poblados encontrados en el paso de Ushmuyoc (Ushnuyoc Pueblo, Llusqa, Chungi Loma) La comparación con yacimientos ya conocidos y la evidencia cerámica de la zona, nos hace pensar que se trataba de núcleos chancas. Lo cual encajaría con el tipo de enterramiento que se lleva a cabo en la necrópolis de Quishuarpampa.

TECNICAS UTILIZADAS

(c) Imagen: Arturo Rodríguez

El proyecto de arqueología de altura “Vilcabamba-La Exploradora 2024 con Componente de Investigación” –avalado por la Sociedad Geográfica Española- se llevó a cabo en verano de 2024, en torno a dos núcleos de intervención: 1-La población de Vilcabamba la Nueva y el monte Comballa. 2-El abra o puerto de Ushnuyoc, valle de Quishuarpampa y aldea de Taparacuyoc.  Ambos en el Distrito de Vilcabamba, Provincia de La Convención.

 Estos lugares fueron descubiertos por Miguel Gutiérrez-Garitano y su equipo a lo largo de siete expediciones anteriores que sirvieron para escribir una auténtica historia de Vilcabamba y de los exploradores que la buscaron, así como de rodar una película. En esta ocasión, los trabajos consistieron en prospecciones arqueológicas sistemáticas llevadas a cabo en dos polígonos diferentes en áreas remotas de los Andes a entre 3000 y 4.700 metros de altura. Se observó, fotografió y recogió datos de ubicación de los lugares con dispersión de fragmentos de cerámica diagnóstica; a lo que se sumaron una serie de excavaciones arqueológicas puntuales, el análisis en laboratorio de los materiales recolectados, lavados, clasificados y catalogados. También se llevó a cabo un análisis de arquitecturas por tipos, materiales, tecnología utilizada y su contexto. Posterior a los trabajos de campo se realizó el procesamiento de la data para el levantamiento topográfico y posterior análisis del paisaje. A lo que siguió un auténtico estudio etnohistórico, con revisión de fuentes documentales, crónicas, relatos de viajeros, investigaciones arqueológicas realizadas en la región, además de atención a los topónimos y la memoria oral de los habitantes. El análisis comparativo de los resultados obtenidos con los estudios realizados en otras regiones para identificar patrones más generales y comprender los procesos de cambio cultural. A todo ello hay que sumarle, técnicas de fotografía alcanzadas y exploración con drones.

 

EQUIPO HISPANOPERUANO DE LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA ESPAÑOLA

DIRECCIÓN DEL PROYECTO: Miguel Gutiérrez Garitano y León Arsenal

ESTUDIO DE TEXTOS HISTÓRICOS: Miguel Gutiérrez Garitano y Geanette Guzman Vinatea.

DIRECCIÓN CIENTÍFICA DEL PROYECTO Y MEMORIA ARQUEOLÓGICA: Geanette Guzman Vinatea.

ASISTENTES ARQUEÓLOGOS: Yadira Guzmán Vinatea, Judith Ana Rodrñiguez Hurtado y Silvia Carretero Gómez.

FOTOGRAFÍA Y OPERACIONES DE DRONES: Arturo Rodríguez y Alejandro Muñoz

MEDICINA DE EXPEDICIÓN: María Valencia Basaldua.

GUIA DE ESCALADA: David Rodríguez.

LOGÍSTICA Y PERSONAL DE APOYO: Omar Chávez Cobos y compañeros.

LOGÍSTICA Y PRENSA: Álvaro Ortega.

Detalles

Fecha:
6 mayo
Hora:
7:00 pm - 8:30 pm
Categoría del Evento:

Local

Instituto Geográfico Nacional
General Ibáñez de Ibero 3
Madrid, España
+ Google Map

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Fecha:
6 mayo
Hora:
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