Agosto de 2017.
La Mars Gaming Expedition llegó a su fin. “Al final no pudo ser”, cuenta Miguel Gutiérrez Garitano, socio de la SGE e impulsor del proyecto. Y continúa: “Las puertas del frío nos vedaron sus secretos. El deshielo se atrasó dos semanas y no tuvimos ninguna oportunidad. Solamente el día 6 se abrió el paso hacia el norte tímidamente y por sólo por unas horas. Pero los capitanes Stewart y Litau -tras nuestras derrotas contra el hielo en el estrecho de Smith- decidieron esperar a una situación más estable. Y acertaron, porque en breves horas el hielo avanzó de nuevo y el paso de Nares quedó atorado. Después de eso no tuvimos ni una sola tregua. Mientras esperábamos nuestra oportunidad, nos dispusimos a filmar en la aldea de Grise Fiord. Pero al poco tuvimos que escapar hacia el norte, pues toda esa costa quedó bloqueada por la banquisa móvil. Tras una exploración terrestre en el casquete polar Manson, tuvimos un percance que obligó a Nicolai a maniobrar entre un hielo cerradísimo de hasta un nivel 5 (50% de hielo en superficie) en las cartas. De nuevo en la Bahía de Baffin un frente de hielo de decenas de millas nos obligó a un rodeo que nos retrasó seis horas; lo cual pudo provocar el desastre, porque el día 12 llegamos a resguardarnos en la Bahía de Qaanaaq perseguidos por una tormenta con vientos de hasta 50 nudos”.
El diario El Correo recoge el epílogo de la aventura en un artículo firmado por nuestro socio que aquí reproducimos en parte: “Cerrado el acceso al norte no hubo récord para nosotros ni pudimos acceder al punto de partida para alcanzar el Polo Geomagnético. Llevamos a cabo, eso sí, recorridos muy interesantes por lugares remotos; los filmamos y tomamos notas para poder retratar la necesidad de proteger el gran norte, que no es sino la piedra angular de la salud de todo el planeta. Y como sucede con las grandes causas, la nuestra no ha terminado: en el terreno dejamos a nuestra más intrépida exploradora, María Valencia, para indagar y rodar el día a día de los locales. Y también a nuestro amigo e impulsor David Hempleman-Adams al mando de una expedición inglesa que probará suerte en la misma ruta las próximas dos semanas a bordo del Northabout. La Mars Gaming Expedition, como las buenas historias, tal y como Laura Hernández y yo la diseñamos en un inicio, se extinguirá con vocación de renacer una y otra vez; en otros lugares y de la mano de otras personas; desde el lejano norte, congelando el momento en un gélido sueño de esperanza humana”.