5ª- EXPEDICIÓN “JUAN DE BETANZOS 2002”

Más descubrimientos de Patibamba

Durante los meses de agosto y septiembre de 2002, con la colaboración de Discovery Channel la expedición regresó para continuar los trabajos de exploración e investigación arqueológica para la identificación de las ruinas de Vilcabamba la Grande.

El presupuesto con que contó la expedición permitió movilizar cuarenta mulas y diez caballos para transportar el equipo necesario para mantener un campamento base y excavar en las ruinas  descubiertas en las expediciones anteriores. Se contrataron treinta y cinco operarios para colaborar en los trabajos de limpieza, excavación, protección de restos y exploración. Se continuó con la exploración de la montaña hacia el este y el oeste y se localizaron nuevos tramos de camino inca, algunos recintos y escaleras y estructuras defensivas.

La limpieza de Yanaorco, dirigida por dos arqueólogos peruanos, Wilbert Bolivar y Julinho Zapata, dejó a la luz los muros de 2´5 m. de altura de un edificio inca con las paredes cubiertas con mortero. En la montaña inmediata, llamada  Sapansachoyoc, o gran cerro de Sachayoc, se encontraron los restos del espacio sagrado que se suponen custodiados por el sacerdote que residía en Yanarco. En la cima de la montaña se abre una profunda grieta con una abertura hacia poniente y una piedra a modo de peana que pudo ocupar el Niño Ídolo: una pieza singular del botín de Hurtado de Arbieto en Vilcabamba fue la  representación de Punchao, en la figura de un niño de oro dispuesta junto a una chapa metálica que recibía los rayos del sol. La joya fue enviada a España e incorporada por Felipe II al tesoro de la corona, donde se le perdió la pista, probablemente fundida en reinados posteriores para aprovechar el metal.

Siguiendo hacia el oeste se pasó a otra montaña “Corihuainachina”, que significa “Lugar donde se ventea el oro”. Se continuó en dirección este abriendo paso con machetes siguiendo el camino inca que recorre la cuchilla. Se hallaron restos de   escaleras, muros y recintos ocultos entre la vegetación. Finalmente, bajo una intensa lluvia, se llegó a lo alto del gran acantilado que domina el  valle sobre Patibamba.

El lugar que la expedición había visto desde abajo tres años antes, cuando llegaron la primera vez que a Patibamba, respondía a la precisa descripción de la  “Razón” enviada al Virrey Toledo el 27 de junio –escrita por Pedro Sarmiento de Gamboa- en la que explica que había en  “el fuerte una pared de doscientos pasos de largo y dos de ancho…almenado con adobes y piedras abundantes con cuatro cubos”, donde los incas de Vilcabamba intentaron su última emboscada.