Kumbha Mela, la peregrinación a la inmortalidad

Fotografías y texto de Javier Hernández Sinde, socio 3135 de la SGE.

Cada doce años, siguiendo antiguas tradiciones sagradas y posiciones astrológicas, tiene lugar en India la mayor concentración del planeta. Es la Maha Kumbha Mela, una peregrinación cuyo fin último es alcanzar la inmortalidad.
Un evento que concentra, en las seis semanas que dura, cuarenta y tres veces más peregrinos que la Meca en un año y doce veces más que las entradas vendidas en los últimos juegos olímpicos.

El trece de enero de este año 2025 ha comenzado una nueva edición, que durará hasta el 26 de febrero. Las autoridades esperan que asistan más de trescientos millones de peregrinos.
¿Cuál es el origen de este sorprendente evento? ¿Qué significado tiene? ¿Cuáles son los aspectos religiosos, sociales y políticos? ¿Cómo es posible organizar algo de esta magnitud?

En este artículo contestaremos a estas preguntas y nos asomaremos a la ventana abierta a la India tradicional y moderna que es la Kumbha Mela.

Mitología y astros

En el inicio de los tiempos dioses -devas- y demonios – asuras- decidieron colaborar para buscar el elixir de la inmortalidad que se encontraba sumergido en el océano de leche primigenio. Trabajaron juntos durante milenios batiendo el océano hasta que de sus profundidades salió una vasija que contenía el fabuloso líquido mágico, el amrita.

 Para apoderarse de él se produjo una lucha entre dioses y demonios en la que se derramaron cuatro gotas del elixir sobre cuatro ciudades de la India – todas ellas en la ribera de un río sagrado- que actualmente albergan periódicamente una edición del festival en la que los peregrinos buscan, bañándose en el río, los beneficios del amrita derramado en él.

Como ocurre frecuentemente en India, las fechas propicias para la peregrinación vienen marcadas por posiciones astrológicas. La más importante la definen Júpiter y la constelación de Tauro. Cuando Júpiter entra en Tauro y el Sol y la Luna en Capricornio, se celebra la edición principal, que tiene lugar en la confluencia de los ríos Ganges y Yamuna, en las proximidades de la ciudad de Prayagraj, el lugar conocido como el Sángam.

La conjunción astrológica da nombre a la peregrinación. Kumbh significa jarra y Mela festival. Kumbha Mela es el festival de la jarra, que hace referencia al recipiente que contenía el amrita, el elixir de la inmortalidad.

Inmortalidad y el baño sagrado

Los mitos de inmortalidad no son nada nuevo en la historia ni se circunscriben a Oriente. Desde el poema sumerio-acadio de Gilgamesh a Dorian Grey pasando por los mitos de la Grecia clásica, en los que aparece también el elixir de la inmortalidad, el ser humano ha buscado siempre la posibilidad de vencer a la muerte. Incluso el transhumanismo podría considerarse un moderno mito de inmortalidad.

En India la idea de inmortalidad es muy diferente que en Occidente, no se trata de vivir en este mundo de forma eterna, sino trascenderlo y salir del ciclo de reencarnaciones – la rueda del samsara-. Para las ramas más metafísicas del hinduismo es la unión eterna a Brahman, el Ser Absoluto. Es lo que se conoce como moksha.

El agua ha sido siempre para todas las culturas un símbolo de purificación, para el hinduismo es algo más, ya que los ríos sagrados no son meras corrientes de agua, sino la materialización de una diosa. El Sángam de Prayagraj es un lugar muy especial, ya que en él no solo confluyen los dos ríos visibles, Ganges y Yamuna, sino que se cree que hay un tercer río no visible, el Saráswati, que encarna a la diosa de las artes y las letras.

La unión de esos tres ríos, junto al mito del amrita derramado en ese lugar, hace del Sángam un lugar privilegiado para realizar el baño sagrado de purificación y el emplazamiento más importante para la celebración de la Kumbha Mela.

El baño se lleva a cabo en cualquier momento en las orillas de los ríos, pero existen unas fechas especiales donde la posición de los astros lo hace más favorable, son los días de baño real o sahi snan. Hay seis días de sahi snan en los que la fase de la luna tiene una influencia especial.

Con la entrada de Sol en Capricornio se produce el inicio oficial de la Kumbha Mela y uno de los baños más importantes, aunque, como ha ocurrido este año, es la luna llena de enero la que da comienzo a los baños reales.

En estos días se producen procesiones que salen de madrugada desde los campamentos de las organizaciones religiosas- akharas- hasta el lugar del baño en el Sángam. Los desfiles van precedidos por los naga sadhus de cada grupo, que tienen el derecho de ser los primeros en bañarse (de ellos hablaremos en al apartado siguiente). Tras ellos van los maestros y líderes espirituales del akhara subidos en carros engalanados con flores y guirnaldas, cierra el cortejo el resto de los miembros de la asociación que portan estandartes y banderas con motivos religiosos, tras ellos una multitud de peregrinos los sigue camino del baño que tendrá lugar al amanecer entre la bruma gélida del invierno del norte de la India.

Sorprende a veces al occidental que tiene un primer contacto con India la creencia de que el baño de acceso a la liberación – moksha- pero hay que recordar que para el hinduismo no es un simple baño, sino la inmersión en la diosa que otras tradiciones como el cristianismo y el islam conceden un importantísimo papel purificador al agua y que para las ramas más metafísicas del hinduismo, el baño es un ritual que canaliza la intención de adquirir esa purificación, a la que se accede a través de la devoción – bhakti- y el conocimiento –jñana-

Gurús y sadhus

Entre los peregrinos de la Kumbha Mela hay dos grupos que constituyen el corazón del evento: los maestros y los sadhus.

En India se considera imprescindible la guía de un maestro para poder acceder al verdadero conocimiento. En la Kumbha Mela se dan cita gurús de todo el país. La peregrinación se convierte en un lugar de encuentro donde tienen lugar debates filosóficos, religiosos y, como veremos posteriormente, también políticos. Para los peregrinos es una oportunidad de escuchar directamente a los más conocidos gurús y lo que es más importante, recibir su darshan.

Cuando se visita un templo en India se considera que la sola visión de la Divinidad, manifestada a través de la estatua de piedra que la representa, ejerce un efecto positivo y sanador sobre el observador. Igualmente ocurre con los grandes maestros. Estar en su presencia implica recibir una influencia positiva, que también ayuda a liberar karma y facilita la salida del ciclo de reencarnaciones. Durante el festival los maestros son visitados en sus campamentos por miles de peregrinos que se acercan a ellos para recibir su bendición y luego permanecen por horas sentados ante la sagrada presencia del gurú.

Por las calles de la ciudad efímera de Kumbh Nagri, de la que luego hablaremos, se pueden ver cientos de carteles anunciando las charlas de los maestros, que compiten entre ellos por atraer a los peregrinos. Hay entre aquellos personajes de todo tipo. Desde los que mantienen un perfil bajo y se muestran en raras ocasiones fuera de sus ashrams a otros que son muy mediáticos y activos en los medios de comunicación y redes sociales.

Algunos son también los líderes de poderosas organizaciones religiosas –akharas– con miles de miembros, que ayudan a organizar y financiar la Kumbha Mela, sin estas organizaciones es difícil pensar en un festival con las dimensiones que alcanza actualmente. A la Kumbha Mela asisten trece importantes akharas que representan las distintas corrientes de pensamiento del hinduismo. Son ellas las que organizan y protagonizan las procesiones de los días de baño real y en sus campamentos acogen a muchos peregrinos sin recursos.

Las akharas tienen su origen en las órdenes religiosas de los dashanamis fundadas por el gran místico Shankaracharya en el siglo VIII. Están formadas por sannyasis o renunciantes. Personas, principalmente hombres, que han abandonado los bienes materiales y que vagan por los caminos de la India viviendo de la mendicidad. El hinduismo considera que esta debe ser la última etapa de la vida. Después de una vida orientada al estudio, el trabajo, la familia y los placeres cotidianos, el sannyasi decide abandonarlo todo y prepararse para entender y aceptar la muerte como algo natural e inherente a la vida misma. Los hay que se incorporan a un akhara y otros que peregrinan solitarios o retirados en algún lugar apartado del bosque o la montaña.

Sadhu significa lo mismo que sannyasi pero suele asociarse la palabra a los que presentan un aspecto más ascético. Se ven en los ghats de Varanasi y otros lugares sagrados. Solitarios, con el pelo recogido en rastas, casi desnudos y con la cara pintada con los colores de la divinidad a la que profesan culto.

El ascetismo, aunque criticado por las corrientes más devocionales y metafísicas, es también una vía de salvación. La renuncia a lo material y el sometimiento del cuerpo a duras pruebas y rituales conecta al asceta con la Divinidad.

La Kumbha Mela es también una oportunidad única para ver miles de estos santos errantes. Los peregrinos se acercan con admiración a sus campamentos para tomar un té con ellos, charlar, tal vez compartir una pipa de marihuana o simplemente recibir su bendición.

Entre las distintas categorías de sadhus destacan los nagas. Suelen pertenecer a una organización religiosa y abren las procesiones en los días de baño real al grito de Har Har Mahadev, una alabanza a Dios. Van desnudos en señal de desapego adornados con guirnaldas de flores en forma de collar o corona. El cuerpo pintado con ceniza procedente de sus fuegos sagrados, que recuerda las piras funerarias y la fugacidad de la vida. Proceden de órdenes militares de monjes guerreros, similares a las de Europa en la Edad Media. Su carácter guerrero continúa presente en sus danzas y en los instrumentos que portan en las procesiones, como espadas, tridentes y lanzas.

Durante el festival los sadhus llevan a cabo rituales ascéticos, como el kapal dhuni, en el que el renunciante permanece hierático durante horas al Sol rodeado de excrementos de vaca ardiendo y con una vasija en la cabeza que contiene también excrementos ardiendo. Es una forma de ir hacia el interior para evitar el agresivo entorno, controlar los sentidos y al trascender lo material aproximarse a la Divinidad.

Maestros y sadhus mantienen el legado espiritual de los antiguos sabios que teje periódicamente cada Kumbha Mela.

Aspectos sociales, festivos y políticos

Una concentración humana como la Kumbha Mela, que atrae a casi un tercio de la población del país, necesariamente tiene otros componentes además de los religiosos.

Para el hinduismo la caridad –dana- es una forma de equilibrar la sociedad y es una obligación para sus seguidores. Durante la Mela las organizaciones religiosas y fundaciones privadas son muy activas. Ofrecen alimento y refugio a los peregrinos más necesitados e instalan hospitales que no solo atienden las emergencias, sino que hacen diagnósticos y consultas.

La peregrinación es también un gran festival en el que se dan cita músicos, acróbatas y comerciantes callejeros. Todas las tardes hay múltiples representaciones teatrales de pasajes del Ramayana o Mahabhárata, a las que asisten los peregrinos entusiasmados.

La Kumbha Mela se enmarca dentro de una tradición muy extendida en India de peregrinar a lugares sagrados llamados tirthas, que se traduce como vado y simboliza el sendero de paso de un lugar a otro. De la impureza a la pureza. El peregrino que atraviesa el tirtha ya no será el mismo que llegó a él. Dice Alain Daniélou, uno de los grandes estudiosos del hinduismo.

“Existen lugares donde los mundos visibles e invisibles están cerca el uno del otro………. Son una especie de puertas por las que se puede pasar, con mayor facilidad, de un mundo al otro.”

La gran afluencia de personas y la fuerte influencia de las organizaciones religiosas sobre sus seguidores han hecho que, desde siempre, los políticos hayan visto la peregrinación como un peligro, aunque también como una oportunidad para esparcir sus mensajes. Emperadores mogoles, autoridades coloniales británicas y todos los políticos indios desde la independencia del país, han tratado, de una u otra forma, de controlar la Mela y tener presencia en ella.

El emperador mogol Akbar construyó un fuerte en las inmediaciones del Sángam con la excusa de dar seguridad a la peregrinación. El fuerte fue utilizado por la Compañía de la Indias Orientales, el ejército británico y actualmente pertenece al ejército indio. La excusa de la seguridad, sin dejar de ser cierta, ha servido para tener presencia política y militar en el corazón de la peregrinación.

Durante el periodo británico los movimientos independentistas utilizaron la Mela para su acción política en contra de la ocupación. Posteriormente los primeros líderes de la independencia, algunos de ellos, como el caso de Nehru, que apostó por un estado completamente laico, peregrinaron a la Kumbha Mela. Parte de las cenizas de Gandhi se esparcieron en las aguas del Sángam. Desde entonces todos los dirigentes de la India moderna han acudido a la peregrinación y han hecho de ella un símbolo del país.

Kumbh Nagri, la ciudad efímera

A pesar de que India es el país más poblado del planeta, la quinta economía del mundo y líder en sectores como informática, farmacia o aeroespacial, la percepción que existe en Occidente es que todavía es un país caótico.

En la Kumbha Mela se muestra la capacidad organizativa y tecnológica que tienen, al construir en pocos meses una ciudad efímera capaz de albergar con comodidad aceptable, seguridad e higiene a más de ciento cincuenta millones de peregrinos en las seis semanas que dura el festival.

Hasta el mes de septiembre la confluencia de los ríos se encuentra inundada por los monzones por lo que es a partir de ese mes cuando se pueden iniciar los trabajos para que todo esté listo a finales de enero cuando comienza el evento.

Se construyen campamentos, caminos, puentes flotantes, infraestructuras energéticas, de telecomunicaciones y sanitarias. Instalaciones de policía y ejército, hospitales, teatros, redes de transporte, etc.

Para las autoridades la máxima preocupación es evitar incidentes producidos por las posibles avalanchas de gente, incendios y propagación de enfermedades.

El pasado 29 de enero era el día más importante de la Kumbha Mela 2025, Mauni Amavasya, la luna nueva del mes de magha. Fin de la fase decreciente de la luna y comienzo de la luz. El día considerado más favorable para realizar el baño, por lo que es también el día con más afluencia de peregrinos. Cien millones, según los cálculos de los organizadores.

En la madrugada se produjo una avalancha cerca de un control que causó una treintena de víctimas mortales. Gestionar multitudes de  casi cuatrocientos millones de personas, no es una tarea sencilla, aunque se utilicen los últimos medios tecnológicos, como drones, modelos informáticos de simulación de masas o sofisticados sistemas de vigilancia.

A pesar de que a lo largo de la historia han ocurrido accidentes con víctimas mortales, en general la organización funciona de forma excelente.

 

En definitiva, la Kumbha Mela es el mayor exponente de un país que ha sabido modernizarse sin perder sus creencias, un país diferente al resto que puede jugar un valioso equilibrio en un mundo donde parece que se pierden las tradiciones buscando una uniformidad que nos empobrece a todos.

Galería fotográfica