Premios SGE

Madrid, 10 de marzo.- En el año en el que cumple un cuarto de siglo de existencia, la Sociedad Geográfica Española (SGE) premió ayer en Madrid, en palabras de su presidente, Juan Ignacio Entrecanales, “a aquellos a los que admiramos”.

Entre ellos, al geógrafo, escritor y aventurero francés Sylvain Tesson, Premio Internacional, el último en recoger su galardón, que resumió el espíritu de la noche cuando definió la Geografía como “una ciencia que nos ayuda a leer el mundo, y por lo tanto a entenderlo, y por lo tanto a amarlo”.

El acto, que la presentadora Ely del Valle definió como “la gran fiesta de los viajeros, la exploración y la investigación”, comenzó con el reconocimiento como Miembro de Honor de la SGE a la alpinista y escaladora Silvia Vidal, de la que se destacó “su valentía y una trayectoria en la que prima el sentido de la aventura”. Vidal, que lleva dos décadas escalando en solitario y sin ayuda electrónica, fue fiel a su fama de mujer lacónica y se limitó a dar las gracias.

A continuación, Joaquín Díaz, músico y folclorista, recogió el Premio Investigación. “El folclore es el bagaje de conocimientos y creencias que nos acompaña toda la vida”, dijo, antes de asegurar que nunca ha perdido la curiosidad, “motor del aprendizaje”.

El Premio Iniciativa/Empresa fue para la Fundación para la Investigación en Etología y Biodiversidad (FIEB) cuyo fundador, Alejandro Fernández Riba, explicó cómo un joven y entusiasta equipo de biólogos, veterinarios e ingenieros, trabajan con dedicación y mucha pasión, en la protección de animales en peligro de extinción, la lucha contra el tráfico de especies y el cuidado de animales incautados.

El Premio Viaje del Año fue para Nicolás Zenón (@ridemefive). El aventurero motorista, al que siguen más de un millón y medio de personas en redes sociales, recordó cómo, al poco de iniciar su gran aventura, descubrió que “lo importante no era el destino, sino el camino”, y defendió que en estos tiempos “aún se pueden vivir grandes aventuras siempre y cuando uno se deje guiar por la pasión más que por la razón”.

La nota exótica de esta edición fue una Mención Especial del Jurado a las especies migratorias, símbolo del espíritu viajero. Recogieron en premio Borja Heredia, consejero técnico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana, organismo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Heredia denunció que “el patrimonio que constituyen las especies migratorias está muy amenazado”, sobre todo por la destrucción de sus hábitats y por el cambio climático, y que su conservación exige un enfoque trasnacional. Revilla, por su parte, recordó que “todas las especies somos migratorias” y que desde las aves hasta los hombres se mueven, “sin reconocer fronteras, para buscar un futuro mejor”.

De quienes luchan por su supervivencia habló también Judith Prat, fotoperiodista y Premio Imagen. La aragonesa, que ha trabajado en México, EEUU, Mozambique, Sudán del Sur o Yemen, con un decidido enfoque de género, definió su labor como la única opción de vida que para ella tiene sentido. “La fotografía es mi compromiso con las personas que sufren” y agradeció el galardón porque contribuye a la difusión de su trabajo.

Javier Cacho, físico, escritor y divulgador científico y, en esta velada, Premio Comunicación, dedicó su galardón a su mujer, y explicó el porqué: ella, científica como él, pudo haber ido al viaje a la Antártida que cambió su vida, pero le cedió la oportunidad. Por extensión, dio las gracias “a los que se quedan aquí para que nosotros vivamos la aventura”.

El Premio Nacional SGE recayó en Rafael Mata, geógrafo, que reivindicó apasionadamente su especialidad, el estudio y defensa de los paisajes, en presencia de muchos de sus colegas de profesión y alumnos como la manera de que “lo virtual no suplante lo viajado y lo vivido”.

Una afirmación que encontró eco en el discurso del premiado que cerró la gala, Sylvain Tesson, también geógrafo, viajero y reconocido escritor francés. “La geografía nos recuerda en nuestros tiempos modernos que el hombre viene de la tierra”, aseguró, y lamentó que la modernidad nos haya convertido en “servidores de la máquina”, haya “declarado la guerra a la realidad, y masacrado la Naturaleza”. Terminó animando a viajar a todo el mundo, a ponerse en movimiento: “el movimiento es la herramienta del geógrafo. El movimiento lo cura todo. Resuelve los problemas. ¡Cuando todo va mal, vete! ¡Pregúntale a Cervantes! El movimiento es la cortesía del hombre hacia la geografía”.