Una llamada por satélite de la expedición de Diego Cortijo por el río Mamberamo, en Nueva Guinea, cuenta brevemente sus trabajos para desenvolverse en un país casi prehistórico, en particular en zonas escasamente o nada exploradas como donde se encuentran, en unos lagos cercanos al río que solo fueron visitados por misioneros hace cincuenta años.
Sin mucho recurso a alternativas, sufriendo las dificultades de un ambiente poco amigable, rodeados de tribus no contactadas previamente, sin infraestructura alguna, la expedición se mueve por el río y cuenta llegar en unos días a su desembocadura.
Por el tono de Diego, creo que no será la ultima visita a este lugar que fascina por lo remoto y escasamente conocido.