27 de abril de 2009
Llevamos ya tres días en Mugu filmando escenas de la vida familiar cotidiana y cultural: baile y folclore populares, caravanas de yaks, etc… A partir de mañana empezaremos a deshacer lo andado, con la mente ya puesta en la vuelta a casa.
A lo largo de nuestro viaje me he acordado en numerosas ocasiones de los libros del famoso explorador francés Michel Peissel. Creo que era en “Buthan secreto” en donde mencionaba que la armonía entre la arquitectura y el paisaje le hacía imaginarse lo que en su día debió ser la Europa medieval. Señalaba también que de hecho muchos parajes centroeuropeos se lo recordarían hoy en día si no fuera por los tendidos de electricidad y telefonía. En estos remotos valles del distrito de Mugu compartimos esa sensación de haber viajado varios siglos atrás en el tiempo. Curiosamente, lo que más me llama la atención es poder disfrutar de un cielo completamente azul sin el rastro blanco que dejan los aviones… Aunque hace seis años sí que hubo una tentativa de traer el progreso a Mugu; se instaló una central hidroeléctrica para aprovechar la fuerza del agua que cae de una cascada detrás del pueblo, pero la historia acabó como suele ser habitual en estos casos: la falta de mantenimiento provocó que dejara de funcionar a los tres años y no tiene visos de que vaya a venir nadie a repararlo.
Mugu cuenta con alrededor de 150 viviendas, la mayoría de ellas abandonadas, ya que la población alcanza escasamente los 80 habitantes en la estación veraniega (y unas 10 personas en invierno). Los más ancianos nos cuentan que en la década de los años cincuenta el comercio era muy próspero y Mugu era paso obligado para las caravanas que transportaban sal, mantequilla y té del Tíbet y cereales del Surkhet (región de Nepal al suroeste de Jumla). Tras la invasión China del Tíbet en 1959, las rutas comerciales desaparecieron prácticamente y gran parte de la población mugali se vio obligada a emigrar a otros centros como Jumla o Kathmandu en busca de trabajo.
Hace escasamente una semana comenzó la construcción de una pista que unirá Mugu con la frontera China por el norte y que permitirá el paso de tractores y camiones. Se trata de un proyecto en el que el gobierno de Nepal ha invertido 40000 dólares y que tardará un mínimo de tres años en llevarse a cabo. Puede que el documental que estamos filmando se convierta en un testimonio único de cómo eran las cosas en otros tiempos…Crónicas 24 y 27 de Abril.