9 de diciembre de 2011
Día 40: La orientación
Horas de marcha: 9h30 ‘- Acumuladas Totales: 210h45
Km./Día: 26,1 – Acumulados Totales: 433,7 Km. Faltan hasta Polo Sur: 711,5 Km.
Días avanzando: 25 (21 Solo) – Días parado: 15 (0 Solo) – Total Días: 40
Podría estar muy contento porque he superado por primera vez los 26Km. en un día, pero he acabado la jornada bastante tocado… tanto mental como físicamente.
Mentalmente porque las 4 primeras horas de la mañana han sido muy, muy rodantes, con un suelo como nunca había encontrado: muy plano, duro y con facilidad para encontrar la trazada hacia el rumbo correcto. Allí he cogido un muy buen ritmo y me he empezado a entusiasmar de que, por fin, me había acercado a un terreno mejor. Pero la Antártida debe querer que siempre le tengamos respeto, y nada más hacer una parada un poco más extensa a beber y comer, y ya hasta el final de etapa, ha comenzado a complicarse muchísimo la superficie. Parecía que hiciera trial. He volcado el trineo 3 veces, he tenido que rectificar la trazada constantemente, me he quedado atascado a menudo, y en definitiva, me ha costado un montón avanzar. Los 26Km. de hoy han salido de la tirada de las primeras 4 horas, pues si hubiera sido todo como en la segunda mitad, no hubiera ni llegado a los 25. Y eso me ha dado mal rollo porque me he empezado a hacer la película de que hasta el Polo Sur iría encontrando alternancia de buenos tramos con otros terribles … y eso quiere decir más esfuerzo, menos kilómetros y más días.
Y de físico porque si bien las ampollas parece que están bastante controladas por el momento, hace un par de días que una de las tiras de cinta americana que llevo en el pie para protegerlas, me ha echo una heriditas en la parte de arriba del pie (en el empeine). He ido tuneando esta cinta, pues es un tema que necesito para poder tirar sin que me duelan las ampollas. Pero hoy a media jornada me ha empezado a hacer mucho daño, y he llegado al final con una buena herida muy hinchada en esta parte del pie. Me hace un dolor muy importante. De momento lo he limpiado un poco, he sacado del todo la cinta americana para hacer un invento de hacerla pasar por otro lugar, y ahora la dejaré airear y descansar el pie durante la noche… y mañana por la mañana, pondremos un parche de lo que sea en la herida y si o si, a seguir, esperando que con los días vaya aguantando y no empeore.
Os explico brevemente como me organizo por el tema de orientación.
Con el mapa poco se puede hacer, pues ni hay mapas de buena calidad de la Antártida, ni hay casi referencias geológicas para poder trabajar. Lo más importante es el GPS.
Tengo una ruta ya preparada en el GPS, que tiene en cuenta tanto las zonas de grietas principales que se detectan en los mapas, como evitar desniveles muy pronunciados próximos a las zonas de montañas, como las referencias de otras expediciones que han seguido la misma ruta.
Así pues, la orientación básica es bastante fácil, porque sólo tengo que ir enlazando los puntos GPS que ya tengo programados, y que están a unas distancias que varían entre los 12Km. hasta los 40Km. El problema es que no siempre se puede ir en línea recta hacia el punto que toca, pues el terreno lo impide. Por eso hay que ir controlando el rumbo todo el tiempo. Y para ir controlando constantemente el rumbo, utilizo una brújula, porque es más rápido que mirar el GPS, que sólo indica la dirección cuando se está en movimiento, y, además, así ahorro pilas del GPS.
De este modo, normalmente llevo el GPS apagado dentro de la chaqueta, para evitar que las pilas se me consuman muy rápidamente. Pensad que cualquier cosa que lleve batería (cámaras, gps, etc …) que estuviera colgado en el pecho por la parte de fuera, acabaría las baterías en poquísimo rato por culpa del frío intenso que hace. Por eso sólo saco el GPS de vez en cuando para comprobar el rumbo correcto y los kilómetros que llevo, y voy avanzando guiándome por la brújula.
Para avanzar con la brújula, marco también un rumbo fijo, y entonces cojo alguna referencia visual mínima que pueda percibir en la dirección que tengo que ir (desde un piloto de nieve más visible, un grupo de sastruguis, alguna mancha más negra, o incluso una nube…), y voy avanzando por tramos. El problema aquí es cuando no hay visibilidad o no encuentras ninguna referencia clara. Entonces o bien tienes que ir todo el rato con la brújula en la mano, o tienes que hacer inventos como el que ya os comenté el día de la visibilidad cero, o algún otro como el que os contaré mañana.
El mapa, de hecho, sólo lo utilizo por la noche para señalar el punto donde estoy, y ver como voy avanzando por la ruta establecida.