Antes de que los exploradores buscasen las cumbres más elevadas, los fríos de los Polos remotos, o las profundidades de las selvas ecuatoriales, perseguían el horizonte del mundo. Y no existe país con más horizonte que Mongolia. No hay territorio rodeado por más tierra. Mongolia se localiza en medio del océano Pacifico sólido: Asia.
La Sociedad Geográfica Española propone un viaje al sueño del geógrafo y el viajero, al país donde todo es extremo por su ubicación y continentalidad más absoluta: el frío, la naturaleza, la historia, y el carácter de la gente que lo habita. A través de desiertos y estepas, ciudades y culturas centenarias y paisajes inolvidables.
Acompañará el viaje Raúl Martín, doctor en geografía, profesor en la UAM, y especialista en paisajes fríos y de montaña. Y Roberto Valentín, fotógrafo y artista.
Desierto de Gobi, Monasterio de Ongi, Antigua Capital de Karakorum y Ulan Bator
Del 24 de agosto al 6 de septiembre de 2024
Una ruta en furgonetas 4×4 recorriendo el Centro y Sur de Mongolia. Kilómetros de paisajes infinitos y naturaleza virgen. Después de conocer un poco ULAN BATOR, la capital, comenzamos la ruta hacia el Sur.
El primer día de ruta ya empezamos a tomar pistas cruzando estepas y zonas desérticas sin señalizar y sin apenas referencias donde solo los habilidosos conductores saben seguir el camino. Un maravilloso país que posee una gran variedad de enclaves únicos y maravillosos.
En el sur nos espera el grandioso DESIERTO DEL GOBI, con formaciones naturales espectaculares como las rocas calizas erosionadas de Tsagaan Suvarga o las dunas de Khongoryn Els donde subiremos para ver el atardecer en el desierto y donde haremos una pequeña ruta en camello. En la zona central nos espera la antigua capital de Mongolia, KARAKORUM donde se encuentra el centenario monasterio de Erdene Zuu.
En la ruta haremos alguna parada para visitar alguna familia de nómadas, observando sus actividades diarias. Seguro que una de las mejores experiencias del viaje.
Un país para disfrutar de sus increíbles paisajes, “navegar” por sus desiertos pedregosos y estepas infinitas y sobre todo contactar con sus gentes, la hospitalidad de los nómadas y sus costumbres.
