17 de mayo de 2004

El día 15 llegamos al Campamento I y al día siguiente nos instalamos de nuevo en nuestro Campamento II. Durante el ascenso pudimos comprobar como las anormalmente altas temperaturas y la elevada humedad habían incrementado el caudal de los ríos glaciares y, sobre todo, ablandado la nieve y el hielo del glaciar del Jonsang obligándonos a una esforzada marcha por una profundísima huella en las últimas horas de nuestro ascenso.

El día 17 amanece con mucha inestabilidad y decidimos utilizar la jornada para descansar y preparar el equipo para la escalada del día siguiente. En la próxima jornada, día 18, aprovechando una relativa bonanza tras una nueva noche de mal tiempo, los tres sherpas y tres miembros de la expedición, parten a las siete de la mañana hacía la ruta antes trazada. Pronto se alcanza la arista fronteriza por la que asciende nuestra ruta, pasando al domo glaciar de la vertiente norte. El tiempo, que hasta ese momento se había mantenido aceptable, se deteriora rápidamente. A unos 6.500 metros se instalan unos 150 metros de cuerdas fijas para atravesar una zona de grietas y seracs. En esos momentos la nevada es intensa y el grupo de escaladores se ve sometido a pequeñas avalanchas de nieve polvo provenientes de la zona superior. Poco más tarde se alcanza la gran grieta desplomada que comentamos en una crónica anterior. La evaluación de dicha grieta así como de la zona superior a la misma, una fuerte pendiente de hielo culminado por una pared rocosa rodeada de seracs, nos hace ver que para escalar esa zona sería necesario emplazar un nuevo campamento próximo a dichas dificultades, así como contar con mejor tiempo y más días disponibles. Por todo ello, al margen de los ciertos peligros objetivos que podrían suponer las fuerte nevadas en esta zona, decidimos dar media vuelta a una altitud de 6.650 metros y aceptar que en esta ocasión no podremos alcanzar la cima del Dome Kang.

Retirada

En medio de una intensa ventisca los expedicionarios comienzan una rápida y vertiginosa retirada, inicialmente por la almohada y luego por los verticales rápeles del muro rocoso. Durante la bajada retiramos todas las cuerdas y anclajes que no nos resulten imprescindibles. Al alcanzar el glaciar de la base se vuelven a encontrar con el suplicio de una nieve totalmente hueca que hace que lo que en otras jornadas eran veinte minutos de tranquilo caminar ahora se convierta en un desesperante ejercicio de más de una hora.

Tomada la decisión de abandonar la escalada de nuestro pico, en la jornada del día 19 recogemos nuestro Campamento II trasladando todo el equipo hacia cotas inferiores. Salimos muy cargados, incluso arrastrando pesados fardos por la zona glaciar. A unos 5.900 metros dejamos un depósito con el material que hemos arrastrado para recogerlo en los próximos días. A partir de ese lugar continuamos la retirada con unos grandes macutos que nos llevan en seis extenuantes horas, en las que hemos de salvar importantes dificultades debidas a la fusión glaciar, hasta el Campamento I.  A partir de este lugar, en el que hacemos una breve parada para reponernos, la nevada y la niebla se generalizan y las tres horas hasta alcanzar el Campamento Base se hacen largas aumentando la sensación de retirada y esfuerzo.

Hoy día 20 se mantiene la niebla que se entremezcla con algunos copos de nieve. También hoy ha dejado el Campamento Base la expedición de guías austriacos que escaló hasta una cota muy alta en el Kanchenjunga sin poder, por desgracia alcanzar su cima.

En las próximas jornadas procederemos a recoger el equipo que permanece en altura y, si el tiempo lo permite, a pesar de las malas previsiones, realizaremos alguna excursión por las montañas próximas mientras esperamos la definitiva recogida de toda la expedición mediante helicóptero y su traslado a Katmandú.

Un fuerte abrazo de la expedición Dome Kang.