1 de octubre de 2006

Hoy domingo 1 de octubre me han llamado los amigos de la expedición al Dome Kang. Debido a que conozco el terreno en el que están, pues participé con ellos  el intento de 2004, me piden que redacte una nota informativa para la página de la SGE.

La situación, ya en la tarde del domingo, es la siguiente:

Han montado un  primer campamento a 5.750 m;  lo tienen bien abastecido pues en el base cuentan con un grupo de porteadores fiables y fuertes que siempre que pueden suben provisiones y equipo hasta ese punto.

El recorrido desde el base al campo I lo definen como un verdadero calvario o algo peor. Según me cuentan está aún más complicado que en 2004; hay más nieve que entonces lo que hace que sea una continua sucesión de trampas y agujeros ocultos entre los bloques que cubren las infinitas colinas del glaciar. Tanto es así que desechan la idea de volver a recorrer ese tramo sino es por fuerza mayor.

 A unos 6.100 m han montado el C-II. Se encuentra prácticamente en la base de la pared que lleva a la arista. Está en un lugar muy bueno y de una belleza increíble. Ahora mismo están allí los sherpas y todos los expedicionarios salvo el médico.

Los sherpas bajan con frecuencia al C-I y así se va abasteciendo el C-II.

El pasado viernes Tente y Carlos entraron en  la pared, el sábado llegaron más o menos a la mitad y esta misma mañana han alcanzado el filo de la arista.

Comentan que tiene bastante más hielo y nieve que en la primavera del 2004, por lo que no han podido usar nada de la cuerda que quedó fijada. Sí en cambio algunos anclajes. La escalada ha sido muy difícil y con aseguramiento delicado, pero quizás en las actuales condiciones, una vez colocada la línea de cuerdas que han acabado de poner hoy mismo, sea más cómoda y con menos riesgo de caídas de piedras que la vez anterior.

¡Ahora empieza lo bueno¡

La primera parte de la arista es terreno conocido, pero sólo un tramo corto. Quizás se desvíen un poco a la derecha del filo (N), para bordear el primer promontorio, pero luego se alcanza una especie de collado y desde este punto piensan seguir por el mismo filo para evitar el terreno complejo y peligroso de la vertiente norte que nos rechazo hace dos años.

Parece que hay un tramo franco que no les preocupa demasiado. Sin embargo la parte alta, que no acaban de poder examinar bien por su situación, sí parece muy complicada. Cuando superen esta parte de la arista llegarán debajo de un murallón rocoso cuyo único paso factible hacia el “plateau”, o casi, es el ya mencionado en otra crónica “reloj de arena”. Se trata de un corredor con un estrechamiento central en el que parece que este año hay una mínima línea de hielo por la que esperan poder ascender.

Quizás puedan poner el campamento III debajo de este muro, y quizás desde este mismo lugar se podría, una vez equipado el “reloj de arena”, intentar la cima pues lo restante se supone que es mucho más fácil.

Pero como bien podemos entender, a estas altitudes, siempre ya por encima de los 6.500 m y en una venteada arista a caballo del Nepal y el Tibet las condiciones meteorológicas son determinantes. Tienen para los próximos días previsión de tiempo inestable pero no declaradamente malo por lo que esperan poder ir progresando entre nevada y nevada.

Si tras este periodo tuvieran la fortuna de unos días estables podrían estar en condiciones del intento definitivo.

Entramos por tanto en el momento clave de la expedición. En los próximos 10 u 11 días veremos si el Dome Kang deja de ser una de las pocas cimas vírgenes de más de 7.000 m.

Esto es, al margen de que se encuentran muy bien de salud y muy ilusionados, lo que me han contado y así os lo traslado.

Sólo me queda unirme a todos los que leáis estas líneas en el deseo más profundo de éxito para esta preciosa actividad himalayista.

Pedro Nicolás