10 de junio de 2006

Día Cinco.- 10 de junio de 2006. Isla de Holbox. (Golfo de México).- Bajo un intenso aguacero y antes del despertar del crepúsculo matutino, hemos embarcado en dos pequeñas lanchas de pescadores y partido hacia el este, rumbo a Cuba. Cuatro horas y 46 millas naúticas después (casi 90 km), llegamos al lugar donde se encuentran los legendarios Picos, una cordillera submarina que nace a varios cientos de metros del fondo marino y que casi separa el Golfo de México del Caribe. Estamos a unas 20 millas escasas de la isla de Cuba, aunque todavía en aguas mexicanas.

Antes de sumergirnos, desde superficie, ya advertimos la gran cantidad de vida que albergan estas aguas. Los cardúmenes de peces casi sobresalen del mar y las mantas gigantes de más de cuatro metros saltan a nuestro alrededor sacando todo su cuerpo del agua para luego dejarse caer (esto es para desparasitarse).

Sin embargo, la inmersión no va a resultar sencilla, ya que al bajar las corrientes cambiantes de la zona hacen mella en el grupo, separándolo en dos. Fue muy difícil encontrar un lugar para refugiarse, ya que las cumbres de estas montañas se encuentran a 20 metros de profundidad. Sin embargo, cuando conseguimos asirnos a las rocas, nos encontramos con un vergel de vida. Las esponjas multicolores y las gorgonias decoran todas la paredes de la montaña y cientos de peces tropicales salpican por todo el escenario. Las paredes son como grandes estanterías de supermercado donde en cada grieta o fisura se esconden enormes morenas,y langostas, éstas últimas de más de un metros de longitud. Junto a nosotros, nadan enormes meros y chernas despistadas y gigantescas mantas se acercan hasta nosotros buscando jugar con nuestras burbujas. No encontramos los tiburones que buscábamos. El agua hoy está demasiado caliente para ellos. Ciertamente, este es uno de los lugares que más biodiversidad marina alberga de toda esta zona méxico-cubana.

Muy pronto comenzamos a acumular minutos de descompresión en nuestros ordenadores de buceo e iniciamos el lento ascenso rodeados de grandes bancos de jureles, medregales y sardinas. Indescriptible.

Tras esta inmersión buscamos otra menos profunda en un pecio de la zona, de camino a Holbox. Es la estructura de un viejo barco que alberga también una enorme cantidad de fauna como tortugas, fusileros, peces escorpión y toda la variedad de fauna tropical. Una pena que la visibilidad en esta inmersión fuera apenas de dos metros y la temperatura por debajo de los 18ºC.

Cuatro horas después estábamos de regreso en La Casa de las Tortugas, nuestro hotel en la isla de Holbox. Mañana, a pesar del madrugón, regresaremos a Los Picos.

Saludos desde Holbox.
Chano Montelongo
Jefe de Expedición