Níger: Peul Nómadas y celebración del Hottungo en Tahar

El sábado 8 de septiembre  pasamos todo el día documentando la proclamación del nuevo jefe tradicional Togbi-Agbozo V, junto a la Reina madre Mama Dasewa II, y el Agbotadua Kumassah, que es una especie de consejero protector.

Acudieron otros Jefes tradicionales a la ceremonia, e incluso representación de algunos ministerios.

Toda la pompa y el oro de sus cortes se desplegaron para el acontecimiento. Sandalias de oro, collares, corona, pulseras y grandes anillos.

Iban llegando caravanas de jóvenes cargando sobre sus cabezas las sillas de los jefes. El rey apareció en un palanquín llevado por seis hombres con fuerza. Cada uno de los tres protagonistas de la ceremonia llevaba tras de si una joven que le refrescaba con un gran abanico terminado en cetro. Les precedían los portadores de las insignias reales. Los otros jefes portaban cetros de marfil y caoba. Vistosas túnicas y coronas de oro denotaban la jerarquía de sus portadores.

Regresamos a Niamey para seguir camino hacia el este al encuentro con los Peul. Este año han suspendido los festivales de Agadez, debido a la revuelta touareg, y nos aconsejan que no subamos hasta allí.  Así que nos dirigimos a Tahoua, desde donde nos informamos que más allá de Tchin Tabaraden se están reuniendo los Peul nómadas del área para celebrar el hottungo. Pasamos por Tchin, donde un par de jóvenes peul nos acompañan hacia el norte, hasta Tahar, el lugar del encuentro. Allí estamos un par de días presenciando el evento, por cierto un tanto insulso, pues todo consiste en congregaciones de jóvenes que después de varias horas de maquillaje se colocan en fila para dejar ver sus ojos y dientes blanquísimos en contraste con sus rostros pintados de rojo.

Lanzaban unos cantos monótonos, a modo de lamentos y estiraban sus cuerpos puestos de puntillas para realzar sus estilizadas figuras. Las muchachas les observaban tímidamente a distancia formando un grupo claramente separado del resto de pastores y niños.  Visto en qué consistía la fiesta, volvimos hacia el encuentro de los amigos Peul, que habíamos conocido el año pasado, cerca de la frontera con Nigeria para  seguir estudiando su vida cotidiana, bastante más interesante para nosotros. En el camino pasamos junto a los hermosos rebaños de vacas marrones de largas cornamentas, orgullo de los Peul.