25 de noviembre de 2011
Día 26: Todo es siempre relativo
Horas de marcha: 9h – Acumuladas Totales: 81h
Km./Día: 18 – Acumulados Totales: 143,6Km.
Al menos he subido un poco los Km. realizados, aunque he invertido media hora más que los últimos días. En general ha sido un día provechoso. Los talones hacen daño, aunque puedo ir tirando; pero ahora estoy teniendo algunos problemas con los palos de la tienda, pues la goma bien por el uso, bien por el frío, se ha dado, y ahora no quedan encajados. No es un tema tremendamente grave, pero hoy me ha hecho perder media hora extra para montar la tienda (y hacía mucho frío, mirar la foto de como he quedado después de montarla), y si lo tengo que reparar, es delicado, pues es una operación que, al tener que estar la tienda desmontada, forzosamente se debe hacer fuera, y requiere trabajar sin guantes.
Todo esto me ha hecho pensar en que el dolor y los problemas, siempre son relativos.
El primer año que participé en el rally Dakar, fue en moto en 1.998, y nuestro jefe de equipo era el conocido ex-piloto Carles Mas. En la segunda etapa de Marruecos, cuando llegué al campamento, Carles me recibió y me preguntó que tal. Yo le dije que me había dado un golpe con una piedra en el pie, que tenía el dedo gordo muy hinchado, dolorido y con la uña bien negra, que me hacía mucho daño y me preocupaba por si iba a peor. Él me dijo que le parecía que no era grave, que fuera a dormir, y que si mañana podía ponerme la bota y arrancar, todo cambiaría. Y recuerdo una frase que siempre me ha quedado grabada. Me dijo: “Piensa que en el Dakar, una cosa duele, hasta que tienes otra que duele más”. Cuánta razón tenía. Al día siguiente hice la etapa, y al llegar me preguntó por el dedo del pie. Yo le dije que ya ni lo notaba, pues me hacía un daño terrible el hombro de una caída que había sufrido a media etapa. Hoy pensaba que ya no noto dolor en la espalda. Por una parte será porque me estoy adaptando, por otra porque he probado una nueva posición de fuerza tuneando un poco el arnés, y seguro que también, porque estoy tan concentrado en el mal de los talones (especialmente el derecho), que ya me he olvidado de la espalda. Pero si ahora me pasara algo más grave, seguro que me despreocupo del mal de los talones, o desearía tener sólo dolor en los talones y no tener el problema nuevo más importante. Espero solucionar el daño de los pies sin que sea por sustitución de un tema más grande, pero sea como sea, uno debe ser consciente de que todo es relativo. Si puedo caminar, todo, más o menos funciona, y los problemas que voy teniendo son solucionables (como el de la tienda comentado), no debo agobiarme, y tengo que continuar haciendo kilómetros con la moral bien alta.