Juan Víctor Abargues, un viajero del siglo XIX por el alto Nilo
Estas pocas notas proceden del libro copiador de cartas del Consulado de España en Alejandría, único conservado en la Embajada de España en el Cairo (el resto del archivo ha sido enviado al archivo general del Ministerio de Asuntos Exteriores). Se refieren a Juan Víctor Abargues (valenciano, nacido en 1845) y son noticias fragmentarias, pues el libro contiene solamente cartas dirigidas por el entonces Cónsul General de España don Carlos Rancés y Villanueva, a los sucesivos ministros de Asuntos Exteriores del Jedive de Egipto. El texto es manuscrito, con letra picuda de fines del siglo XIX y en francés, lengua diplomática de aquella época.
La primera noticia que se refiere a nuestro hombre data de 30-6-1876. El cónsul escribe a Cherif Pachá, Ministro de Asuntos Exteriores del Jedive, para proponer a Juan Víctor Abargues, del que dice que vive desde hace años en Ghirghé, en el Nilo medio, para agente consular en esa ciudad. Poco después (8-6-76) Abargues le comunica que no está interesado en el cargo y retira su petición, de lo que el cónsul informa al Ministro.
Sin duda la explicación de esta renuncia se debe a la carta que el 26 de mayo de ese mismo 1876 el Cónsul dirige a Cherif Pachá diciéndole que Abargues, llegado al Cairo hace unos días, le ha entregado una carta del Subsecretario de Asuntos Exteriores español, recomendándole insistentemente al dicho Abargues, encargado por el Rey Alfonso XII de la misión “de adquirir con destino a los jardines de Su Real Casa una colección de animales procedentes de Oriente”. En otra carta se habla de “animales del alto Nilo”. El Cónsul pide al Ministro cartas de recomendación para Abargues, destinadas al gobernador y a los alcaldes de los pueblos. El Ministro le manda las cartas para los moudiriehs, (jefes locales), lo que el cónsul agradece.
Mal empezó la expedición: el 15 de agosto el Cónsul relata a Cherif Pachá que las cartas de recomendación que el Ministro había extendido se le han perdido “entre otros objetos” al zozobrar la dahabieh (barcaza fluvial de vela) que lo llevaba Nilo arriba hacia Asuan. El cónsul pide nuevas cartas de recomendación, que el Ministro le envía enseguida.
No hay más noticias suyas hasta el 23-7-1878, fecha en que el Cónsul Francés pide al Ministro información sobre una denuncia formulada por el Cónsul de Francia en Cairo, quejándose de que Abargues, (ya de vuelta a Ghirghé) se atribuye en la provincia el título de “Representante General del Gobierno Español en el Alto Egipto” y como tal ha firmado en el proceso contra un rais (patrón de barco del Nilo), proceso que fue rechazado por infundado por el tribunal local de Reneh. El Cónsul solicita información sobre la veracidad de esta denuncia. Por lo que se ve, Abargues seguía con sus deseos de ser agente consular, pero entre tanto el Cónsul había nombrado a otro.
El 20 de agosto de 1879 el Cónsul remite al Ministro (Mustafa Fahmy) copia de una carta que le había enviado el tal Abargues “encargado por la Real Sociedad Geográfica española de realizar un viaje científico de exploración por el interior de áfrica central”. El cónsul pide nuevas cartas de recomendación por duplicado para facilitar su misión en caso de necesidad.
Abargues fue enviado por El 10 de octubre de 1879 el Cónsul acusa recibo al Ministro de las cartasla Real Sociedad de recomendación, que había envia-Geográfica a un viajedo a Abargues. Este le había res-científico a áfrica Central.pondido diciendo (cita textual de la carta al Cónsul): “por desgracia, son cartas de poca utilidad por su extremo laconismo. No dicen ni quien soy, ni cual es mi rango en la expedición, ni quien me envía a esas regiones, ni qué voy a hacer. Sólo dicen que se me ayude y no se me impida que viaje al interior. Las cartas no son del Ministro de Asuntos Exteriores, sino de Gordon Pachá, gobernador de Sudán, que da otras a quien le parece y solo sirven para Sudán” y pidiendo otras recomendaciones dirigidas a las autoridades de Suez, Suakin y Massawa, para quienes las cartas de Gordon no tienen valor alguno.
Abargues se queja amargamente de que los jefes de las recientes expediciones belga e italiana han recibido cartas del mismo Jedive y se declara sorprendido por el poco aprecio del Ministro hacia la expedición española “al darle cartas que apenas bastarían a un traficante cualquiera”.
El Cónsul efectúa la gestión, pidiendo cartas iguales a las de las otras expediciones, insistiendo en que Abargues le ha sido recomendado por el Gobierno de S.M. el Rey y argumenta que “el gobierno del Jedive debe ayudar a la iniciativa privada y particular que quiere desarrollar exploraciones científicas de este tipo, que no benefician solamente a un pueblo, sino a todo el mundo civilizado”. Por ello, pide nuevas cartas, más explícitas. El Ministro Mustafa Fahimi accede a la petición, pues el 25-IX-1879 el cónsul le acusa recibo de estos documentos.
Al año siguiente, 3 de agosto de 1880, el Cónsul pide de nuevo al Ministro que dé órdenes para que no se pongan trabas a la entrada y salida de cajas con los bagajes de la expedición, en las aduanas de Suez, Cosseir, Suakin y Massawa, pues Abargues no está seguro aún de qué puertos va a utilizar ni qué camino tomará para comenzar la expedición. Once días después, (14.8.1880) el cónsul da las gracias al Ministro, que ha enviado el permiso de circulación pidiendo a los agentes de aduanas en los puertos citados que no pongan obstáculos a la carga y descarga de las cajas y bultos de la expedición, cuyo jefe es Abargues. Y también le agradece sus buenos deseos para el éxito de la expedición.
Nada se sabe hasta año y medio después. El 5 de febrero de 1882 el cónsul comunica al ministro que ha recibido una carta de Abargues datada el 26 de noviembre de 1881 en Adua (Etiopía, al norte de Addis Abeba), pidiendo que el Ministro ordene a las aduanas de Suez que las diez cajas conteniendo instrumentos matemáticos y colecciones científicas no sean registradas. Cada caja lleva su número de orden y en ellas figura la inscripción: Real Sociedad Geográfica de España. Le pide asimismo que transmita esta orden al puerto de Alejandría, de donde saldrán las cajas para Madrid. No hay nuevas noticias de Abargues en el resto del libro copiador.
Carta original de los archivos de la Embajada, donde se cita la misión de Abargues.
De estas informaciones puede deducirse en primer lugar, que la expedición de busca de animales para la Real Casa (probablemente para la casa de Fieras del Retiro) constituyó un éxito, a pesar del naufragio inicial, pues sin duda con base en ella, la Real Sociedad Geográfica le encomendó la segunda expedición. En segundo lugar, no sabemos exactamente el recorrido de esta expedición. Los puertos citados están en el mar Rojo: Quseir en Egipto, Suakin en Sudán, Massawa entonces en Etipoía, hoy en Eritrea. También parece que logró sus objetivos, como lo indica el envío de las cajas con el material científico y las colecciones recogidas.
Se sabe que Abargues volvió a Madrid, pasando antes por Roma, a finales de 1882, donde el año siguiente pronunciaría varias conferencias sobre los resultados de sus expediciones, que fueron recogidas en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid. Murió en 1920. Ojalá estas breves e incompletas notas sirvan para despertar la curiosidad de algún investigador que logre descubrir nuevos datos sobre este explorador y sus expediciones por tierras del Alto Nilo y de Etiopía.
Manuel Gómez de Valenzuela