Carta de Albert Bosch
Antonio de la Rosa nos sorprende nuevamente con una gran expedición, siempre afrontada de una manera especial.
Todos los que estamos apasionados por la aventura y las expediciones diferenciales, mucho más allá de la parte puramente deportiva, disfrutamos y admiramos los proyectos de Antonio.
Pero en mi caso, estoy además especialmente conectado con el siguiente reto que se plantea, pues enlaza con un proyecto similar que hice hace unos años, y que me supuso ganar el premio “Viaje del año” de la Sociedad Geográfica Española: La travesía integral en solitario de la Antártida, desde la costa hasta el Polo Sur.
He podido comentar bastante el tema directamente con él, aportándole algún consejo u observación a partir de la travesía que hice yo mismo a finales de 2011, coincidiendo con el centenario de la llegada de Amundsen al Polo Sur. Y por ello sé como se está planteando y preparando esta expedición en solitario. Sin dura será algo singular, exigente y apasionante de seguir.
La Antártida en sí misma es un lugar mágico en muchos sentidos. No hay vida humana autóctona, y solo hay presencia de personas por las bases “artificiales” que se han instalado allí. No hay vida animal ni vegetal una vez nos separamos mínimamente de la línea de la costa. Es el único territorio del planeta que no pertenece a ningún estado, y que se regula por un tratado internacional que lo preserva de cualquier actividad industrial, extractiva o militar, para que pueda utilizarse únicamente con fines relacionados con la paz y la ciencia. Por ello, las expediciones antárticas tienen siempre un sentido mucho más profundo que el reto deportivo, y la de Antonio nos conectará con todos estos valores y lo que suponen para los grandes retos ambientales y climáticos del mundo, desde la épica y el relato de una gran aventura realizada por una persona humilde, valiente y amante de todo tipo de desafíos.
Todo mi apoyo y energía para su expedición. Soy un gran fan suyo en general y seré el primer seguidor en proyecto tan potente que está a punto de iniciar.
¡Mucha suerte, amigo Antonio!
Albert Bosch