En el Irak, su gran legado arqueológico e histórico ha colmado nuestro interés y admiración por la historia y la arquitectura.

Pero realmente lo que nos ha robado el corazón es la gran hospitalidad y cariño de sus habitantes. Nos cautivaron sus ganas de sonreír y bromear, a pesar las horribles experiencias sufridas tras 40 años de guerras y enfrentamientos.

Imposible narrar la gran cantidad de bienvenidas, comidas compartidas, cafeteras y teteras escanciadas…

Hospitalidad iraquí: peces del Éufrates con militares

”Hello! Come to drink a tea with us”.

El alegre sonido de sus risas y bromas resuenan en nuestros oídos cada vez que les recordamos y sus caras iluminadas por las sonrisas es la imagen que se nos ha grabado en la mente y el corazón.

Gracias por habernos recibido,  acogido, protegido y compartido, con el corazón en la mano y las sonrisa y alegría en la cara a pesar de los duros episodios vividos. Resulta duro pensar que si vuelve a desestabilizarse el país, todas esas personas con las que hemos disfrutado momentos inolvidables vuelvan a revivir las pesadillas pasadas. Esperamos que poco a poco el país se estabilice y la paz plena llegue. Como dicen en estas tierras… Inch Allah!

Siempre muy bien recibidos

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