Alcanzar algunos lugares, como el yacimiento arqueológico de Ashur (entre otros), requiere escolta armada porque el ejército considera esa zona “inestable”.

Ashur fue la primera capital de Asiria desde que fue ciudad-estado en 2025 a.C hasta el 609 a.C., cuando ya era el imperio neoasirio. Sin ser capital siguió siendo una urbe de mucha influencia hasta que a mediados del s. III fue saqueada por el Imperio Sasánida.

Sus restos son escasos pero nuestra fascinación por la historia de la región mesopotámica, hizo que quisiésemos ir a este emplazamiento. A pesar de quedar poco más que cimientos, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  Se intentó restaurar en varias ocasiones pero la inestabilidad y las sucesivas guerras en Irak lo impidieron. Desde 2003 fue declarado “sitio en peligro” por la UNESCO.  Si los restos son escasos, sí que impresiona su extensión y su emplazamiento, en lo alto de una meseta que domina el río Tigris, en confluencia con su afluente Zab, que en tiempos antiguos discurrían a los pies de sus murallas.

Alcanzar algunos lugares de Irak, requiere… “compañía”.                                         

El “fundido” zigurat de Ashur todavía tiene un interior accesible.

Una pick up con dos soldados con Kalashnikov nos acompañan todo el camino hasta llegar al yacimiento. Como es habitual por todo Irak, son tremendamente cordiales y amistosos. Con su escasísimo inglés nos intentan explicar particularidades de estas históricas ruinas y nos llevan por toda su extensa superficie a los lugares más emblemáticos de este histórico asentamiento a orillas del mítico rio Tigris.

Les pedimos hacernos fotos juntos y acceden… siempre y cuando borremos sus rostros si las mostramos. Irak es todavía un país donde es mejor que tu rostro no sea público.

La imperial Ashur dominando el Tigris desde su altura.                  

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