”Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban atados junto al gran río Éufrates preparados para la hora, y día, y mes, y año, para matar a la tercera parte de la humanidad”. (Apocalipsis 9:15)

Pero no, no fueron los ángeles caídos los que se ensañaron entre el Éufrates y el Tigris… se bastaron los hombres luchando contra otros hombres para desatar una sanguinaria guerra que dejó a Mosul violentado, arrasado, devastado…

El Estado Islámico además de torturar y asesinar a la población, también se ensañó con todo lo que significase cultura, arte, historia. Arrasaron iglesias, la tumba de Jonás, el museo con piezas de un valor incalculable… Volatilizaron parte de la historia de Irak de un plumazo. Destruyeron hasta la gran mezquita al Nuri del s. XII y su famoso minarete inclinado desde donde el líder del Estado Islámico, Al-Baghdadi, se autoproclamó califa en 2014. Los terroristas, en su delirio mental de aniquilación convirtieron la ciudad en una infernal orgía de destrucción.

Mosul, locura y destrucción.                                                                           

Entre la devastación…

 

un mural para llorar.

No era la humedad por la proximidad del proverbial Tigris lo que provocaba que nuestros ojos lagrimearan,  ni era la contaminación del aire la que nos provocaba un angustioso nudo en la garganta… De pronto, entre esas ruinas, las miles de imágenes y gritos que relataron los noticiarios del horror aquí padecido, cobraban vida de nuevo a nuestro alrededor. Entre las polvorientas calles, nuestras titubeantes pisadas rompían su silencio desgarrador.

Avanzamos entre la desolación y la destrucción. En el 2017 se libraron las últimas batallas pero cuando miramos a nuestro alrededor parece que acaba de extinguirse el último disparo y el último llanto de horror. Un museo al aire libre para no olvidar otro de los lamentables episodios a sumar en el triste y desolador expediente de la historia de la humanidad.

“No te aferres a lo efímero, deja ir todo sin lamento. Y como el río, sigue adelante, hacia la paz y el contento”  – Rebeca Garza

Devastación.                      

Más devastación.

Monumento a los trabajadores del renacer de Mosul.

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