Aunque en el cuento de Gabriel García Márquez, “Muerte en Samarra”, el criado es cazado inevitablemente por la dama de la hoz… el icónico minarete de Samarra, a pesar de los avatares sufridos, sigue desafiando a su destrucción, muriendo y luego renaciendo gracias a los esfuerzos de los perseverantes arqueólogos iraquíes que aman su gran pasado histórico junto con la UNESCO, que la inscribió como Patrimonio de la Humanidad en peligro. De nuevo un viaje por la Historia… con H mayúscula.

Campamento en Samarra, a los pies de la historia.                                   

Samarra siglo IX… ¡la mayor mezquita del mundo!

Durante los años 2006 y 2007, Samarra sufrió graves atentados mortales por grupos vinculados a Al Qaeda. Las medidas de seguridad desde entonces son muy estrictas. Las milicias chiíes, armadas hasta los dientes, controlan esta población. Al entrar, nos retiran los pasaportes y nos dan un número plastificado. No volvimos a ver los pasaportes hasta varios días después, con nuestra partida. Samarra ha sido el único lugar donde había controles dentro del propio pueblo. Pero la población, como en todo Irak, muy amistosa y hospitalaria.

El célebre gigante espiral de la grande mezquita, la más grande del mundo durante el siglo IX, sigue alzándose como un faro que proyecta luz sobre una ciudad arqueológica que durante más de un siglo fue la poderosa capital islámica del Imperio abasí que se extendió desde Túnez hasta Asia Central.

Para muchos solo serán datos, historia pero… ¡que grandioso es recorrer aquellos lugares donde se desarrollaron los episodios que determinaron el futuro de esta zona del mundo!

El minatere de Samarra, un hito que renació          

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