Camino de Yambio
El día 25 acabamos de despejar el camino y ese mismo día, domingo llegamos a Soursse Yubu, la frontera con Sur Sudán. En último pueblo de la RCA no hay frontera y la única autoridad es el alcalde. A la entrada de Sudán encontramos un hospital y una escuela abandonados. Más adelante hay una casita en la que en sendas habitaciones está la policía y la aduana. Al final, se ve un cuarto con rejas, que es la cárcel. En aquellos momentos había un individuo, que había cometido un delito aquel fin de semana. Apenas pasa nadie por allí y desde luego ningún vehículo de cuatro ruedas.
Dada la sorpresa de los funcionarios hicimos los trámites con fluidez, aunque tampoco sabían muy bien qué debían hacer. Cuando parecía que habíamos acabado llegó un militar exigiendo que pasáramos por el cuartel. Allí comenzaron una serie de líos. En un descuido desparecieron nuestros documentos. Luego exigieron ver todo lo que había en los coches y así hicieron pasar el tiempo, pues lo que querían era que lleváramos a uno de los militares a Tambura. Cuando me vieron hablar por el thuraya, aparecieron los documentos. Ya por la tarde salimos hacia Tambura con el militar. Por el camino recogimos a otro soldado al que se le había roto la moto. Como era domingo no encontramos al comisionado del Gobierno, al que según los soldados debíamos ver. Nos quedamos a dormir junto a la iglesia católica y por la mañana, después de recibir disculpas por parte de las autoridades a las que expresé mi queja por los abusos sufridos el día anterior y un par de cartas para evitar tales situaciones en el futuro, salimos hacia Yambio. El camino era bastante malo, e incluso encontramos a un grupo de individuos cortando el camino para exigir dinero. Les dije con decisión que abrieran y después de que vieron que retrocedía ligeramente para coger impulso y embestir la barrera, abrieron sin dilación. La pista estaba salpicada de enormes charcos inundando los socavones. A la salida de uno de ellos vimos, para nuestra sorpresa a un cocodrilo cruzar la pista tranquilamente.