Dungedhara, baños termales
07/04/09
La etapa de hoy ha sido más dura que las anteriores. Si nosotros estamos cansados, algunos de los porteadores han llegado con la reserva, así que esta noche no han tenido tantas ganas de fiesta como ayer, cuando estuvieron cantando y bailando hasta que la lluvia hizo acto de presencia.
El valle se hace cada vez más cerrado y nos está costando encontrar emplazamientos donde la antena tenga visibilidad directa al satélite. Así que posiblemente algún día no logremos conexión a internet.
El paisaje ha cambiado notablemente: las laderas que delimitan el valle son más escarpadas y los cultivos en bancales han dado paso a paredes de roca. Este mediodía hicimos un alto para comer junto al asentamiento de Chhaila. Está formado por alrededor de cinco casas de madera y piedra en las que habitan otras tantas familias. Viven de lo que cultivan y de las escasas cabezas de ganado que poseen: economía de subsistencia pura y dura. Nos comentaron que se está intentando establecer una ruta de comercio entre Chhaila y Mugu. De hecho, en nuestra ruta no encontraremos más poblados hasta que lleguemos a Mugu; tan sólo algunas cabañas dispersas a lo largo del valle, como es el caso de Dungedhara, donde hemos acampado. Por cierto, que el agua baja cada vez más fría…