Articulada en tres conceptos antropológicos (la cultura, los universales culturales y la enculturación), la exposición se inicia con una mirada hacia los precursores de la antropología como disciplina que reflexiona acerca del hombre y su diversidad. A su vez, está dividida en tres espacios expositivos que vertebran los objetos y textos explicativos de diferentes etnias de cazadores-recolectores, pastores y agricultores de países de África, Asia, Sudeste Asiático y Oceanía, a modo de territorios simbólicos: la defensa del territorio, la vida cotidiana y el tiempo de ocio.
El recorrido de la muestra comienza con un discurso narrativo sobre la violencia y la guerra entre los cazadores-recolectores, pastores y agricultores desde tiempos inmemoriales.
Continúa con la exposición de la cultura material de pueblos cazadores-recolectores, pastores y agricultores muy distanciados geográficamente pero muy cercanos culturalmente: los pigmeos baka, ju/’hoansi, nyangatom y somba de África; los taw batú, tala andig y batak del Sudeste Asiático (Filipinas) y los dani de Oceanía (Papúa Nueva Guinea), entre otros.
Y concluye con la exposición de los objetos correspondientes a los momentos de ocio y de expansión; los dedicados al adorno corporal (discos labiales, collares de cuentas o de cauri…), a los juegos (muñecas, tirachinas…) y a la música, cuyos instrumentos (liras, tambores…) y canciones —grabadas in situ— nos acompañan durante todo el recorrido de la exposición.