9-10 de diciembre de 2017: camino al Orizaba
De nuevo volvemos a madrugar y a las 4:00 estamos en pie. Nos vamos al aeropuerto de Ciudad de Guatemala y a las 6:45 cogemos un vuelo dirección a México DF. Nos despedimos de Guatemala con un buen sabor de boca. Hemos estado apenas una semana, pero hemos disfrutado del encanto del país, de sus altos volcanes, sus ciudades coloniales y de su historia con sus espectaculares ruinas mayas. Ahora nos espera la segunda parte de la expedición, con una nueva e imponente montaña a subir, el Pico Orizaba. Otro país, México, que seguro nos recibirá con los brazos abiertos, y donde viviremos multitud de experiencias nuevas.
El avión despega, y a modo de colofón, nos despedimos de Guatemala con unas vistas increíbles de muchos de los volcanes del país. El Tajumulco, desde la distancia, cede el relevo al Pico Orizaba. A las 9:00 aterrizamos en el aeropuerto de México DF y empezamos un periplo viajero hasta el pueblo de Tlachichuca, punto de partida para el Orizaba. Recogemos los pesados equipajes y en primer lugar cogemos un autobús que nos lleva a la ciudad de Puebla, al oeste de México DF. Sufrimos el congestionado tráfico de la capital y tardamos bastante en salir de la misma. Luego una buena autovía enlaza con Puebla. El autobús, de primera clase, dispone de todas las comodidades, amplios asientos, baño, wifi, snacks. El viaje es cómodo y a las 12:30, tras 2:30 horas llegamos a Puebla. Allí cogemos un taxi que nos lleva a otra estación de autobuses de Puebla y a las 13:35 cogemos un nuevo autobús que nos lleva al pueblo de Tlachichuca. El trayecto es de alrededor de 2 horas, y bajo un día radiante disfrutamos del entorno, con amplias llanuras, enormes campos de maiz, y el volcán Malinche en la distancia. En un recodo del camino, por fin divisamos la imponente mole del Pico Orizaba o Citlaltepetl, con sus laderas cimeras cubiertas de nieves perpetuas. Le tenemos a la vista después de tanto tiempo planificando esta expedición y no podemos dejar de fijar la mirada en su bella silueta volcánica, que se eleva majestuosa sobre los campos circundantes.
Tras 2:30 horas de viaje, llegamos a Tlachichuca, un pequeño pueblo de 5.000 habitantes situado a 2.300 metros, con vistas a la cara norte del Pico Orizaba. Son las 16:00 y nos dirigimos en taxi a la casa-hostal de Joaquín Cancholas, que posee una agencia con la que hemos contratado la logística básica de transportes para ir al Pico Orizaba. Maribel, la hija de Joaquín, y dueña de la agencia, nos sirve una rica comida nada más llegar. Nos asignan la habitación y descargamos todo el equipaje. Una vez asentados Joaquín nos comenta que no es posible ascender por la ruta del glaciar Jamapa de la cara norte, que era la ruta que teníamos pensado realizar. Durante las dos últimas semanas la ruta está muy peligrosa, y ha habido dos accidentes mortales debido a las malas condiciones de la montaña, con mucho hielo. Además, ayer fue un grupo a tratar de subir por la cara norte, y al llegar al glaciar no pudieron entrar debido a la dureza del hielo, que apenas permitía que los piolets y crampones se clavaran. Nos sentimos un poco decepcionados porque la ruta norte era el objetivo que llevábamos preparando varios meses, pero cuando la montaña dice que no se puede hay que asumirlo y buscar otras opciones. En este caso, la alternativa es ascender por la cara sur, una ruta no tan peligrosa, con menos nieve e incluso más corta, pues se asciende desde los 4.600 metros.
Por la tarde damos una vuelta por el pueblo, contemplando atónitos como los últimos rayos del atardecer tiñen de rojo el Pico Orizaba, justo enfrente del pueblo. Y en la plaza del pueblo nos encontramos que como colofón a las fiestas que acaban hoy se celebra la elección de “Miss Doncella del Maiz”, donde varias candidatas hacen danzas regionales, mientras los fans de cada una de ellas corean su nombre para animarlas. Ya de noche cerrada volvemos al hostal. Hoy ha sido un día largo y cansados caemos rendidos.
El domingo 10 de diciembre nos levantamos ansiosos ante el reto que nos espera. Desayunamos en el hostal Cancholas y nos vamos a comprar algo de comida para complementar lo que ya traemos desde casa. Hoy es día de mercado y aprovechamos para comprar en los puestos bollitos de chocolate, y algo de fruta como plátanos y mandarinas. Luego en una tienda compramos salchichas, que la usaremos para complementar la cena de arroz de esta noche. Cargamos las mochilas en el todoterreno 4×4 y a las 10:00 salimos hacia el refugio Fausto González, punto de inicio de la ascensión al Pico Orizaba por la cara sur.
El trayecto es de 2:30 horas y vamos bordeando la montaña con vistas a la misma durante todo el camino. El día es espléndido, con cielo azul y sin nubes, y la cima nevada de la montaña contrasta con los alrededores. La última parte del camino se adentra en el parque natural del Pico Orizaba y el todoterreno avanza entre caminos, con bosques de pinos, ascendiendo progresivamente hasta el final de la ruta, justo debajo del refugio Fausto Gónzalez. Allí, descargamos los petates y mochilas y ascendemos los últimos metros hasta el refugio. Estamos a 4.600 metros y la altura se nota. El refugio no está guardado y es un típico refugio de montaña libre, con dos hileras de literas a ambos lados de un pequeño pasillo, y en la entrada un pequeño espacio con una mesa para comer.
Desde el refugio divisamos toda la ruta a seguir, que se adentra en una morrena pedregosa que desciende desde la cima, justo debajo de una gran roca llamada el Púlpito. Hay muchos más montañeros que también irán mañana a la cumbre, algunos en el refiugio y otros alojados en tiendas en los alrededores. Estamos muy motivados y con muchas ganas de subir mañana, que se prevee que será un día muy bueno, sin nubes y con apenas viento. Al poco de llegar subimos por la ladera hasta alrededor de los 4.800 metros, para reconocer el inicio de la ruta de mañana y aclimatar un poco. Luego preparamos los sacos y la mochila que nos llevaremos el día de cima y a las 17:00 empezamos a cenar. Nos preparamos unas sopitas de entrantes y luego un plato principal de arroz con salchichas y atún, que devoramos rápidamente. Y luego a dormir, pues mañana nos levantaremos a la 1:00, para salir hacia la cima del Pico Orizaba. Un nuevo sueño que esperemos que se haga realidad.