8 de septiembre de 2006
A las cinco se reanuda la marcha. Buen ritmo con intención de recuperar el tiempo perdido, pero al llegar a Rangeli Road……. nuevos cortes en la carretera. Se hace un desvío por el sur, a través de un paisaje llano e increíble, entre arrozales y chozas de techo vegetal, pero; al fin los conductores se pierden y dan vueltas y más vueltas, y de nuevo la incertidumbre se adueña de todos acrecentándose según pasa la mañana.
Desde la ventanilla se ven rasgos étnicos, indumentaria y construcciones de aspecto hindú. Cuando al fin se recupera la ruta normal y se inicia el ascenso hacia el norte, el paisaje se transforma y adquiere la imagen pre-himalayica (plantaciones de te incluidas) que todos llevamos tras nuestra retina. Pero pronto la niebla se adueña de todo y solo se percibe el abismo que se abre al margen de la carretera.
Así, zig-zag tras zig-zag, llegamos a las cercanías de Ilam en plena noche.
Resulta difícil saber lo que significa mucho o poco cuando se pregunta por la distancia entre dos pueblos. Cena bajo la niebla en la terraza de un hotel “clase nepalí” .