9 de junio de 2006
Día Cuatro.- 9 de junio de 2006. Isla de Holbox. (Golfo de México).- El día de hoy ha sido de mera transición, cosa que se agradece después de los durísimos días que hemos pasado acampados en la selva.
A media mañana hemos iniciado el viaje desde Playa del Carmen hasta nuestra nueva base de operaciones: la Isla de Holbox, situada al norte de la Península de Yucatán, en el Golfo de México. Tras tres horas de carreteras tortuosas hasta la aldea de Chiquilá, donde hemos contratado dos lanchas para transportar todo el equipo hasta Holbox.
Holbox es un pequeño poblado de pescadores de no más de 600 habitantes que en los últimos tiempos se está convirtiendo en el destino preferido de algunos viajeros-turistas que buscan alejarse de las grandes ciudades en busca de playas paradisíacas y tranquilidad total. Esta isla es famosa, además de sus insaciables moscos y mosquitos, por los avistamientos de tiburones ballena que todos los años se producen a partir del mes de junio.
Tras instalarnos en el coqueto hotel Casas de las Tortugas, a pie de playa, hemos dedicado el día a revisar por completo los equipos de buceo, ya que las inmersiones que nos esperan son muy profundas, por debajo de los 40 metros, y necesitamos tener a punto todo el material para reducir riesgos de accidente, y también a indagar sobre la localización exacta de Los Picos, un lugar remoto de esta zona del Golfo que alberga uno de los puntos calientes de la biodiversidad marina del planeta. En Holbox la gente habla de este lugar en voz baja, entre el misterio y la admiración. Finalmente, hemos conseguido comprar unas marcas (coordenadas) –porque aquí hay “mercado negro” de casi de todo- entre las que se encuentra la localización exacta de Los picos, el secreto mejor guardado.
Mañana la jornada será muy dura, ya que embarcaremos a las 5 de la mañana y tendremos, al menos, ocho horas de navegación.
Saludos desde Holbox.
Chano Montelongo
Jefe de Expedición