Informe desde Juba: Hemos pasado
Hemos conseguido atravesar la República de Centro África, de Oeste a Este.
El lunes 19 de noviembre hicimos el recorrido entre Bangassou y Rafai. La carretera Nacional II es en realidad una pista abandonada desde la salida de los colonos franceses y ahora solo transitada por los misioneros. Llueve y el pick-up del misionero de Obo, Jean Vermon volcó al pasar una bañera profunda.
Con el gato forestal se pudo enderezar y luego lo sacamos arrastrándolo con un cable. La pista estaba muy resbaladiza, pero lo peor fue que tuvimos que pasar varios puentes bastante deteriorados. Antes hay que revisar y colocar los troncos que nos permiten irlos cruzando. En otras ocasiones no hay puente o está inutilizable. En estos casos se atraviesa el río, a veces con el agua llegando al parabrisas. Cuando se trata de ríos profundos y sin puente, se pueden pasar los coches sobre unas balsas arrastradas por un cable. El personal que atiende las balsas sobrevive con las propinas recibidas de los conductores.
Los funcionarios, policías, maestros, y enfermeras, no tienen medio de transporte, y como además tampoco les suelen pagar los salarios a tiempo, se suelen quedar en Bangui, y si llegan a venir, nadie los controla. El coste de la vida se incrementa, conforme va aumentando la distancia de Bangui, pues todo viene de la capital. Así por ejemplo, una cerveza que cuesta 500 CFAS en Bangui, pasa a costar 1000 en Bangassou y 1500 en Rafai. A partir de allí ya no llega nada, pues los camiones no suelen pasar y solo las bicicletas consiguen llevar algunos bienes. El gasoil pasa de 670 CFAS en Bangui, a 800 en Bangassou y luego puede sobrepasar los 2000, si lo encuentras.
La población está constituida por agricultores zande, aunque también llegan algunos nómadas bororo.
En Rafai, los franciscanos polacos han construido un colegio y también tienen formación profesional de construcción y carpintería. Los dos misioneros son polacos, además del padre Ricardo de Colombia.
El martes 20 hicimos el tramo de 138 Km. entre Rafai y Zemio, donde fuimos hospitalariamente recibidos por tres monjas franciscanas muy simpáticas: las hermanas Claribel, Georgina y Blanca. En Zemio dirigen un colegio, con unos 500 niños escolarizados y tienen un dispensario de medicinas. La misión fue fundada por los espiritados hace más de 75 años, para ser asumida después por los franciscanos. El dinero apenas circula y se pueden adquirir pocas cosas aparte de plátanos y mandioca.
Decidimos hacer una parada en Zemio para seguir investigando sobre satisfacción conyugal y poligamia. Las creencias tradicionales de los zande están muy arraigadas y los misioneros han de aceptar que el cristianismo conviva con sus antiguas ideas sobre espíritus. La poliginia está muy extendida y es algo que también los misioneros católicos no tienen mas remedio que tolerar. A mas esposas, mayor estatus. Cuantas más esposas se es capaz de atender, se supone mayor riqueza. Si las mujeres no se sienten suficientemente bien atendidas, pronto abandonan al esposo. Los divorcios son aquí muy frecuentes. Aunque algunas esposas conviven en una misma residencia, otras viven en casa independientes, aunque en el mismo poblado. Algunas cabras y pollos complementan la principal activad de los zande, que es la agricultura.
El sida está causando estragos por estas latitudes, favorecido por una activa y promiscua vida sexual. Tanto hombres como mujeres tienen sus amantes fuera del matrimonio. La esperanza de vida de menos de 50 años, esta disminuyendo claramente por causa del sida.
En nuestra estancia en Zemio tuvimos también ocasión de sorprendernos ante las sensuales danzas de los zande, de documentar un funeral, con sus correspondientes ceremonias y de asistir a los preparativos para el desfile del 2 de Diciembre, fiesta nacional de la República Centroafricana. Así cada colegio, iglesia y asociación iba desfilando marcando el paso al ritmo de sus tambores.
Los Nissan Patrol están aguantando magníficamente los terribles caminos y las nuevas cubiertas para barro de BF Goodrich, que hemos puesto proporcionan un buen agarre.