Jueves, 31 de Diciembre de 2009 (nochevieja Antártica):

No sabemos que tendrán las “noches” en la Antártida que, pese a no contar con ninguna mísera hora de oscuridad, dormimos a pierna suelta. Hoy una vez más, tras 9 horas durmiendo del tirón, llegamos tarde al desayuno.

Mientras dormíamos no ha parado de nevar y ventear, con lo que al levantarnos nuestra tienda estaba cubierta por un manto de nieve de unos 15 centímetros de grosor, que tuvimos que quitar para que el peso de la nieve no venciera la estructura de la tienda. Evidentemente no era el día apropiado para partir hacia el campamento uno. La visibilidad apenas se limitaba a unos 30 metros y por fin hemos conocido de primera mano el denominado “whiteout”. Este temido fenómeno antártico se manifiesta en los días de niebla o ventisca. El cielo y el suelo se funden en un único escenario. Todo se ve absolutamente blanco y es imposible distinguir los distintos relieves, el cielo de la nieve, un escalón de un agujero, tan solo alcanzas a ver un blanco infinito.

Afortunadamente, nosotros estábamos al resguardo del campamento base, y tan sólo los 30 metros que distan nuestra tienda de la carpa comedor y de ésta al servicio, son los únicos recorridos que hemos hecho en todo el día. Después del desayuno hemos regresado nuevamente a la tienda. El tiempo no acompañaba ni siquiera para poder pararte a hacer algunas fotos. Los -18ºC, junto con el viento, hacían que la sensación térmica fuera de cerca de -30ºC, con lo que la mejor opción era ir a la tienda a dormir un poco, escuchar música y poco más. Demasiado a pecho nos lo hemos tomado, ya que nos hemos levantado a las 16:00. Ya habíamos perdido la hora de comer y como ya no podíamos hacer nada por remediarlo y en el exterior seguía haciendo el mismo tiempo, nos hemos quedado en la tienda esperando a que llegara la hora de cenar.

A las 19:00 salíamos de la tienda y hacíamos unas llamadas a la familia a través del teléfono satélite, ya casi habíamos pasado por alto que hoy era Nochevieja. Después fuimos a la carpa comedor y mantuvimos una agradable cena en compañía del resto de miembros de otras expediciones. A las 8:00pm nos pusimos a celebrar la Nochevieja, éramos los únicos a celebrarla a esa hora, pero el resto nos acompañaron. Poco a poco hemos ido celebrando distintas Nocheviejas según los distintos horarios. En un cálido ambiente, con -22ºC esperándonos tras la puerta.

Pese a todas las adversidades, en el campamento base estamos a la espera de que el tiempo mejore y podamos emprender la ascensión valle arriba en busca de nuestro destino. Sabemos que las nevadas de estos días dificultarán bastante la progresión, pero contamos a nuestro favor con bastantes días de margen y un buen sentido del humor en una Nochevieja como ésta.

Juan y Pablo, tomando uvas con champán a -22ºC, sumidos en una tempestad antártica.

Club Deportivo 7 Cumbres

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