Los cuatro miembros de la Expedición “Antártida Inexplorada 2018-2019”, que se encuentran sobre el hielo desde el pasado 12 de diciembre, han alcanzado prácticamente la cima del Domo Fuji, llegando a los 3.768 metros de altitud (la cima tiene 3.810 metros) después de una travesía que comenzó hace 40 días y en la que están marcando un hito para la exploración española del territorio antártico. En la última etapa han recorrido 248 kilómetros sin parar durante 16 horas, tan sólo impulsados por el viento antártico.
Los cuatro expedicionarios, dirigidos por el explorador Ramón Larramendi, creador del Trineo de Viento y promotor de esta aventura de ciencia y exploración, se encuentran en buenas condiciones físicas, pese a soportar temperaturas que han superado los 40ºC bajo cero, fuertes vientos y una altitud que genera impactos en los organismos, debido a que la atmósfera terrestre es más delgada en los polos.
La decena de proyectos científicos que llevan a bordo están funcionando a la perfección, recogiendo datos que serán de gran interés para investigadores nacionales e internacionales, relacionados con el funcionamiento de los satélites Galileo de la Agencia Espacial Europea (ESA), el cambio climático, la contaminación ambiental polar, la búsqueda de vida extraterretre, la proliferación de micro-organismos en el aire polar, etcétera, y todo ello en un recorrido que ha sido realizado en pocas ocasiones a lo largo de la historia. El eco-vehículo polar español Trineo de Viento está demostrando, así, que es una plataforma perfecta para moverse por la meseta antártica, y hacerlo con cero emisiones y con una gran eficiencia.
Desde que partieron de la base rusa de Novolazarevskaya, la expedición ha tenido momentos complicados para avanzar, sobre todo tras pasar por una base científica abandonada llamada ‘Plateau Station’, cuando entraron en una zona en la que los vientos eran muy flojos, hasta el punto que la denominaron ‘mar tranquilidad’. Durante varias jornadas, el equipo luchó por pasar a la otra vertiente del domo en el que se encontraban, pero debido a las presiones de la nieve blanda en ese terreno y el poco viento, finalmente se les rompió la cometa de 150 metros cuadrados, que era la más grande que llevaban, sin posibilidad de arreglo. En esos momentos, el equipo pensó en abandonar su objetivo de ascender a la planicie del Domo Fuji y comenzaron a bordearlo para evitar complicaciones.
Sin embargo, este pasado fin de semana tuvieron un viento muy favorable, en dirección e intensidad, lograron superar el ´mar tranquilidad’ y, contra todo pronóstico, han subido hasta el Domo Fuji, hasta una altitud de 3.780 metros. La parte más alta se sitúa a 3.820 metros, si bien es una planicie en donde es difícil identificar ese punto exacto cuando están navegando. La base japonesa Domo Fuji que ya está cerrada hasta la próxima campaña, se les quedó a unos 20 kilómetros de distancia en una etapa en la que han recorrido, sin parar en ningún momento, un total de 248 kilómetros en 16 horas, con una velocidad media de 16 km/h y picos de hasta 25 km/h.
La expedición encara ya el último tramo de una travesía que finalmente será de unos 2.400 kilómetros de recorrido hasta su regreso a la base científica rusa que les vió partir el 11 de diciembre. Ramón Larramendi, vía satélite señala:
“Pasamos unos días duros cuando veíamos que no había buen viento, aunque sabíamos que ese tramo era el más complicado de toda la expedición, pero al final se consiguió y ahora ya vamos a tener viento favorable hasta el final. Lo más duro es soportar estas temperaturas de hasta 40ºC bajo cero con viento, porque se acerca el otoño, y además hacer todas las pruebas científicas, pero lo estamos consiguiendo y los cuatro estamos convencidos de que lo más difícil ya ha pasado y, por tanto muy satisfechos”.
También puede seguir la expedición en la Bitácora del blog del Trineo de Viento.
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