Ramón Larramendi, Ignacio Oficialdegui, Hilo Moreno y Manuel Olivera han realizado un hito para la exploración y la ciencia con un vehículo ‘ cero emisiones’.

La expedición ‘Antártida Inexplorada 2018-2019’ del eco-vehículo polar español Trineo de Viento ha llegado a la base antártica rusa Novolazárevskaya de la que partió el pasado 12 de diciembre, en el interior  de la Antártida, tras 52 días y 2.538 kilómetros recorridos con ‘cero emisiones’.  El pasado sábado los cuatro expedicionarios, que estarán aún en la Antártida varios días, alcanzaron el punto exacto en el hielo en el que iniciaron la navegación: 73º sur , 11º este. Tienen previsto su regreso a España a comienzos de la próxima semana.

El jefe y promotor de la expedición Antártida Inexplorada 2018-2019, Ramón Larramendi, creador del Trineo de Viento y promotor de la expedición, y sus tres compañeros –Ignacio Oficialdegui, Hilo Moreno y Manuel Olivera-, se encuentran en perfectas condiciones físicas, aunque cansados, tras haber soportado temperaturas de hasta 42º bajo cero en una pionera travesía científica y de exploración polar, la primera a nivel mundial de estas características.

“Ha sido duro pero consideramos esta travesía un gran éxito geográfico, técnico y científico, porque hemos demostrado que es posible recorrer miles de kilómetros, con 2.000 kilos de carga, sin contaminar y haciendo ciencia puntera, en un territorio complejo e inaccesible como es la Antártida. Y ese era nuestro objetivo. Aún tenemos que hacer balance total, pero estamos bien y muy contentos”, señala vía satélite desde la base rusa Ramón Larramendi. “El Trineo de Viento ha soportado condiciones extremas sin sufrir ningún daño y ha demostrado que se puede hacer una travesía de ida y vuelta únicamente impulsados por una energía limpia como es la eólica”, añade.

El equipo ha recogido datos y muestras para una decena de proyectos científicos, tareas que continuarán realizando estos días. Asimismo han completado la expedición en menos tiempo del que se calculó en un principio.

Los expedicionarios han abandonado el interior del hielo antártico en un avión Vessler, que les ha recogido con todo el equipamiento a unos 260 kilómetros de la base rusa. Previamente, durante el fin de semana, los cuatro expedicionarios habían desmontado totalmente el Trineo de Viento, cuya versatilidad permite que toda una expedición polar sea transportada en un avión de pequeñas dimensiones. Asimismo, durante estos dos días han continuado realizando recogidas de datos sobre el hielo y procesando los materiales conseguidos para diferentes proyectos, tareas que mantendrán hasta su salida del continente.

Entre las instituciones que han colaborado a nivel científico se encuentra la Agencia Espacial Europea, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Alcalá de Henares, la Universidad de Valencia, el Centro de Astrobiología (Inta-CSIC), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), la Universidad de Maine (EEUU) y un investigador de la NASA.