El padre Voador. Jesús González – Green

La desconocida historia del primer aviador de la historia.

En 1709, un jesuita portugués lograba volar por primera vez en la historia a bordo de un artefacto similar a un globo. Su papel como precursor de la aviación quedó relegada al olvido. Jesús González-Green pionero de los vuelos en globo en nuestro país, rescata su extraordinaria historia.

Uno de los primeros hombres en despegar sus pies de esta Tierra, fue Santos Dumont, que llegó a recorrer 100 Km en globo, en 1898, y tuvo su primer dirigible, Santos Dumont-1, en 1901. Su amigoCartier inventó el reloj de pulsera para que pudiera consultar la hora en plena maniobra.

Brasil hasido un país adelantado en la historia de la aeronáutica, pionera con la Viaçao Aerea Rio Grande doSoul, Varig, primera línea aérea en incorporar azafatas, tocadas con elegantes pamelas, para asistira los pasajeros.

El último, tristemente, célebre aeronauta brasileño, ha sido el párroco AdelirAntonio de Carli, de 43 años, que se elevó en Paranaguá –sur de Brasil- sentado en una sillacolgada de un manojo de mil globos de fiesta y se perdió en el cielo, seguramente en el mar, esta primavera pasada.

Pero el personaje histórico más sobresaliente, fundador de la aeronáutica, total e injustamente desconocido, fue Fray Bartolomé Lourenço de Gusmao, conocido como el Padre Voador, sacerdote jesuita, el más sabio de todos ellos. Cuando el Padre Voador le atizaba fuego a su ingenio, los famosos hermanos Montgolfier, no habían nacido todavía.

Había nacido en Santos, estado de Sao Paulo, en 1685 y fue Capellán Real de S.M. Joao V. El académico de la Naçao Portuguesa, Francisco Freire de Carvalho, recoge en 1843 su “Petiçao sobre o instrumento que inventou para andar pelo ar, e suas utilidades.-Lisboa Somao Thadeo Ferreira 1774”.

“He inventado una máquina con la cual se puede viajar por el aire mucho más rápidamente que por la tierra o el mar. Se podrán recorrer con ella más de doscientas leguas al día, llevar cartas para los ejércitos en los lugares más lejanos; se podrán sacar de las plazas sitiadas, las personas que se quieran, sin que el enemigo pueda impedirlo”.

No hay duda de que la experiencia se realizó el 8 de Agosto de 1709, en el patio de la Casa da India, delante de S.M, de muchos miembros de la nobleza y del pueblo, con un globo que subió suavemente a la altura de la Sala de Audiencias, impulsado por cierto material que ardía y al que aplicaba fuego el mismo inventor, para descender según se iba enfriando.

La maquina fue descrita como un gran cesto de mimbre bajo una envoltura de papel, de la que colgaba un brasero encendido; es más, existe una crónica que cuenta como, al bajar, el invento prendió un cortina del salón, con mucha alarma. Gusmao tenía mucha fe en el aparato y previó la aerostación militar, que utilizaría, por primera vez, España en la guerra de Marruecos y llegaría, como él predijo, a las regiones más cercanas a los polos, -como consiguió el ingeniero sueco Andree en 1901.

El éxito fue indudable; el rey lo premió con una prebenda de 600.000 reales y el pueblo lo llamó, a partir de ese día, el Padre Voador.

¿Cómo un asunto de tanta trascendencia, un invento que fue el inicio de un cambio de una era nueva en la civilización, pasó desapercibido y quedó en el más ignominioso anonimato? Pues porque si asombró a Su Majestad y al pueblo de Lisboa, más aún alarmó a la Santa Inquisición que, en cuanto tuvo noticias de una máquina que volaba por arte del demonio -no cabía otra explicación- puso en marcha a sus terribles agentes mangas-verdes.

Pero nuestro Padre fue fraile antes que globero, y rápidamente destruyó y quemó todos sus planos y cálculos, borró todas las huellas que pudo y huyó a Brasil. Desapareció.

Sólo quedó el recuerdo de las personas que lo habían contemplado, convertido en leyenda con el paso del tiempo; y una especie de alegoría fantástica, carroza aguileña voladora, con más aspecto de calabaza del cuento que de aeronave pionera.

Y también queda una lápida en la Iglesia de San Román Mártir, de Toledo, colocada en su memoria por el Rey Alfonso XIII con motivo del I Congreso Iberoamericano de Aeronáutica, en el que los jefes de Estado de 21 países rinden homenaje a Fray Bartolomé Lorenzo de Guzman, precursor de la aeronáutica remontándose en globo en el año de 1709. Sus hermanos de raza visitaron su tumba el 31 de Octubre de 1926.

Se pueden pasar unas horas deliciosas leyendo esta maravillosa historia en el Memorial del Convento. Su autor, José de Saramago, me dijo que eran fantasías populares, el muy descreído de él, pero yo he pasado parte de mi vida andando pelo ar, y desde allí, dentro de esta magia, he sentido claramente que esta historia era cierta.