Texto: José Ignacio Cabrera

Boletín 68 – Sociedad Geográfica Española

China: pasado, presente y futuro

A fecha 11 de febrero del presente año 2021, la COVID 19 prácticamente ha llegado a todos los países del mundo, sumando más de 107 millones de personas afectadas y 2,3 millones de fallecidos. En la R.P.China, el número total de casos comunicados oficialmente desde el comienzo de la pandemia es de 89.734 (68.150 de ellos en la Provincia de Hubei), y el de fallecidos 4.636 (4.512 en Hubei). En EEUU, a esta misma fecha, el número de casos declarados oficialmente se eleva a 27,4 millones y el de fallecidos a 475.000. Y, en España, hay declarados 3,02 millones de casos y 63.704 fallecidos. Con respecto a su población total en 2020, el porcentaje de contagiados en China es aproximadamente 0,0062, en EEUU 8,3 y en España 6,38. El porcentaje de fallecidos sobre la población total es en China 0,00033, en EEUU 0,14 y en España 0,13. Y el de fallecidos sobre contagiados 5,16 en China, 1,73 en EEUU y 2,11 en España.

¿La rapidez y la eficacia demostradas contra la Covid en China se deben a un milagro? ¿son quizás resultado de una política autoritaria y represiva de su gobierno, que dictó unas medidas que nadie osó transgredir? La respuesta, estoy convencido, se debe a unas causas más complejas y profundas.

ANTECEDENTES: LA LUCHA CONTRA EL VIRUS DESDE SU APARICIÓN

Los primeros indicios sobre la fecha de la aparición de un nuevo coronavirus aparecen en una noticia publicada en China el 13 de Marzo de 2020, referidos a una persona residente en la provincia de Hubei, que podría haber adquirido el patógeno en noviembre de 2019. El 24 de enero, investigadores chinos habían publicado en “The Lancet” un artículo en el que se hacía referencia a una persona, de entre las aproximadamente 40 hospitalizadas, y sin relación con el mercado de Wuhan, que habría enfermado el 1 de diciembre.

El 30 de este mismo mes de diciembre el laboratorio Bio Medicals de Beijing informa al Hospital General de Wuhan de que el virus causante de la enfermedad es el SARS-CoV-2 (Severe Acute Respiratory Síndrome Coronavirus), y el 31 se comunica que 27 personas relacionadas con el Mercado de Mariscos Huanan, de Wuhan, están infectadas. El mercado es clausurado el día 1 de enero y, ese mismo día, funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ponen en contacto con las Autoridades de Salud Pública de China y mantienen una primera reunión telefónica de urgencia.

El día 5 de enero, en Shanghai, Zhang Yongzhen secuenció el virus del brote de Wuhan, que ya tenía 60 contagiados. Era similar al SARS-CoV. El día 9, la OMS informa de que las autoridades chinas han actuado rápidamente. El día 10, investigadores de la Universidad de Fudan, también en Shanghai, publican los datos de secuenciación del virus, que son comunicados a la OMS el día 12 y publicados el día 13 en la base de datos GenBank. El día 15 se produce la segunda muerte como consecuencia del coronavirus, y al día siguiente aparece un primer caso en Japón. No había estado en Wuhan. En los días siguientes, el virus

se va extendiendo por China hasta el punto de que la OMS declara la emergencia sanitaria para ese país el día 22. Comienzan a aparecer casos en otros países (Italia, España, EEUU, Francia, Reino Unido, Australia, Alemania…), y el 30 de enero la OMS declara una emergencia de salud pública mundial. Todos los países comienzan a evacuar de China a sus nacionales.

El 3 de febrero China informa de un total de 361 muertos desde el comienzo, al tiempo que inaugura el hospital construido en un tiempo record de 12 días para tratar únicamente a pacientes de la enfermedad.

A comienzos de este mismo mes, el genoma completo del virus está disponible en el UCSC Genome Browser, una de las webs más consultadas a nivel mundial. El 28 de Febrero hay ya más de 80.000 casos a nivel mundial.

El 3 de marzo, la OMS publica el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la Comunidad Internacional ante la expansión imparable de la enfermedad y el día 11 declara que “la situación de emergencia ocasionada por el brote epidémico de COVID-19 constituye una pandemia”.

El 21 de febrero, la Comisión Nacional de China informó de que la epidemia estaba bajo control. El 6 de marzo publica que no ha habido ninguna nueva infección fuera de la ciudad de Wuhan. El éxito de las medidas tomadas en el país era apabullante.

UN ANÁLISIS INMEDIATO DE LAS CIRCUNSTANCIAS DEL BROTE

Aunque las autoridades y los científicos chinos siempre mantuvieron dudas en cuanto al lugar en el que se hubiera podido producir el “caso cero” de la pandemia, no cabe duda de que el mercado Huanan de Wuhan fue el lugar donde estalló el primer brote importante. Este mercado es de los llamados “húmedos”, muy populares en China, y que yo mismo he visitado en numerosas ocasiones en ciudades de todo el país. Aunque en ellos se vendan muchos otros productos, su especialidad son los animales vivos, desde insectos hasta pequeños mamíferos pasando por innumerables especies de anfibios, reptiles, y aves. Unos procedentes de granjas o de la acuicultura y otros directamente del medio natural. Las especies varían mucho de unas regiones a otras, tanto por la cercanía de fuentes de suministro como de las peculiaridades gastronómicas de cada zona. Por ejemplo, y viene al caso hablando de la Covid 19, en Wuhan no suelen comerse murciélagos, aunque sí en otras provincias chinas y otros países de Asia.

En estos mercados húmedos se acumulan toda clase de jaulas, acuarios, recipientes con agua llenos de peces y animales atados simplemente con cuerdas o cadenas. El espectáculo es insólito y variopinto, también sangriento, ya que algunos animales se sacrifican allí mismo una vez adquiridos. La enorme crueldad con los animales destinados al consumo humano, que en occidente se oculta en mataderos cerrados, en estos mercados se muestra con toda su crudeza al aire libre. Y, al mismo tiempo, la aglomeración de muy diferentes especies favorece que posibles patógenos puedan saltar de unas a otras.

Resultado: en febrero de 2020 se prohibió en toda China el comercio con animales silvestres.

La primera hipótesis, por otro lado bastante obvia, que se barajó en el caso del SARS CoV-2, fue que, en algún lugar, el virus pasó de un murciélago a otro animal intermediario (se dijo que podía haber sido un pangolín) capaz de transmitírselo al hombre, y que así llegó al mercado de Wuhan. La siguiente fase, casi imprescindible para que se desarrolle una pandemia, es que el virus sea capaz de transmitirse entre humanos. Lamentablemente se confirmó esta posibilidad y, para alcanzar la tormenta perfecta, el virus demostró sucesivamente su altísima contagiosidad, y su capacidad para transmitirse entre humanos por diversos medios, incluidos el aire y los aerosoles despedidos en la respiración.

MEDIDAS ACOMPAÑADAS DE LOS MEDIOS NECESARIOS

El Estado chino destina recursos ilimitados, y utiliza prioritariamente la enorme capacidad productiva de su tejido industrial y su capital humano, para atender las necesidades nacionales en momentos de crisis. Durante lo más duro de la pandemia en China, todo el país se cerró y se aisló del exterior, pero los equipos y el personal imprescindibles para combatirla se quedaron dentro. Nunca faltaron mascarillas ni equipos de protección personal, ni respiradores, porque China es el mayor fabricante y proveedor mundial y los reservó para sus nacionales. Se resintieron enormemente los países occidentales importadores.

Se pusieron al servicio de la lucha contra la Covid todos los medios tecnológicos disponibles para el rastreo y seguimiento de los contagios, incluidos todos los de vigilancia y control a través de teléfonos móviles y de cámaras en las vías públicas. (Lo mismo se hizo en Corea del Sur y otros países de Asia: de ahí también su efectividad).Y en las zonas de mayor riesgo, obviamente toda la provincia de Hubei y Wuhan, su capital, pero también en distritos de Beijing y Shanghai y otras muchas ciudades, las medidas de confinamiento y restricción de la movilidad fueron extremas, lo mismo que el control de su cumplimiento.

Ansan Cultural Center Las Analectas

Confucio entre sus discípulos

Textos confucianos en la Biblioteca Nacional de China

Wuhan Yangtze River Public Security Pier and Police Patrol Boatsna

Pero, además, hubo una planificación de la lucha contra la pandemia, una clasificación de zonas por su afectación, un desplazamiento masivo de sanitarios a las zonas más necesitadas (muchos, la mayor parte, voluntarios, a pesar de algunas noticias difundidas en Europa). Se puede afirmar que las medidas adoptadas han tenido un éxito espectacular. No vale recurrir al argumento de la falta de transparencia y de la falsedad de los datos. Lo mismo puede haber sucedido en cualquier otro país. Aunque, probablemente, se aplicaran en su momento restricciones severas a la información, difícilmente se pueden mantener hoy en día la situación oculta todo el tiempo. También se puede recurrir para explicar el éxito de las medidas anti-Covid al argumento del miedo a las represalias y a las sanciones. Es cierto que, en China, las sanciones pueden ser muy duras y, sin duda, se aplican. Pero no pueden servir de explicación para un éxito tan espectacular.

UNA SOLVENCIA CIENTÍFICA PLANIFICADA DESDE HACE AÑOS Y CADA VEZ MÁS RECONOCIDA A NIVEL INTERNACIONAL

China lleva varios decenios formando científicos en países extranjeros, en los más adelantados, pero, al mismo tiempo, ha desarrollado paralelamente una capacidad investigadora formidable en el interior. Además, es casi seguro que la práctica totalidad de estos científicos expatriados están dispuestos a volver a su país, de hecho muchos lo hacen, para poner al servicio de la sociedad lo que han aprendido. Hace tan solo unos pocos decenios, China era una esponja que absorbía tecnología y ciencia de todos los países y en todos los sectores a los que tenía acceso. Y copiaba, por supuesto que lo hacía, pero también constituía empresas mixtas tecnológicamente innovadoras, creando un tejido en su país con capacidad para “explotar”, como así ha sido, en un plazo increíble. Y para salir al resto del mundo, como lo ha hecho, a dominar espacios, países y sectores de forma imparable. Sin duda esta política de basarse en sus propias fuerzas ha sido una base imprescindible para conseguir los éxitos obtenidos.

La visita de la Comisión Científica de la OMS a China estuvo rodeada de polémica durante meses. Se insinuó que las Autoridades chinas la boicoteaban porque no querían dar acceso a toda la información de la que disponían ni a sus laboratorios. Lo cierto es que quizá se retrasó más de la cuenta, pero el pasado 14 de enero llegó a Wuhan una delegación de 14 expertos internacionales que, tras una cuarentena de dos semanas, empezaron el trabajo sobre el terreno, visitando y obteniendo pruebas suministradas por las autoridades chinas, entre otros lugares en el mercado de Huanan y en el Instituto de Virología de Wuhan cuyas puertas les abrió la doctora Shi Zhengli (un ejemplo de eminente científica china formada en Francia) declarando “No tenemos nada que ocultar”. El doctor Peter Daszak, norteamericano, afirmó que se habían hecho progresos habiendo tenido acceso a información que hasta entonces no tenían. “Están hablando con nosotros de manera abierta sobre todas las posibilidades”, dijo.

Al término de la visita, el día 10 de febrero, los medios de comunicación de todo el mundo adelantaron información preliminar sobre los resultados de la misión. Aunque aún no se habían alcanzado resultados importantes, que deberán esperar durante un largo tiempo de investigaciones, la comunicación con los científicos chinos, a los que elogiaron los miembros del equipo de la OMS, había sido fluida. La realidad en cuanto al origen y el camino seguido inicialmente por el virus seguramente es bastante más compleja, y serán necesarios años de investigaciones. A fecha de hoy, y tras las conclusiones de la visita de la Comisión Científica enviada a China por la OMS, se contemplan otras hipótesis, incluida la de que el virus pudiera haber llegado al mercado de Wuhan en algún produc to congelado procedente del exterior. Esta fue una de las posibilidades que los científicos chinos barajaron casi desde el comienzo de la crisis.

Hunan Seafood Wholesale Market intervenido

Mercado Huanan

LA BASE DEL ÉXITO: UNA FILOSOFÍA ANCESTRAL BASADA EN EL HUMANISMO

Aquí deberíamos volver a la pregunta que planteé (a mí mismo y a todos los lectores) al comienzo de este texto: Cómo China en una primera fase logró, y lo sigue haciendo, acabar o al menos frenar de forma sustancial la transmisión del virus. Para responder a esa pregunta hay que remontarse a Confucio. Y al peso de su pensamiento en la sociedad china.

Aunque las fechas exactas del nacimiento y muerte de Confucio han sido objeto de controversia, las más aceptadas comúnmente son 551 y 479 a.c. respectivamente, siendo prácticamente contemporáneo de los grandes filósofos de la Grecia Clásica, Platón (429-347 a.c.) y Aristóteles (384-321 a.c.), y del Gran Maestro de India (Buda, circa 500 a.c.). Asimismo, coincide en el tiempo y en su propio país con Lao Tsé (Laozi). Confucio, Kung-Tsé, escribió poco; prácticamente solo las llamadas Analectas salieron directamente de él. En realidad, tenía una gran vocación política, al final frustrada, y sus pensamientos se transmitieron a través de dos generaciones de sus discípulos y se plasmaron en los llamados Cinco Libros Clásicos (que incluyen las Analectas). En ellos plantea una ética humanista en la que gobiernan los hombres, no las leyes. La sociedad funciona de forma cohesionada mediante la observancia de “rituales” que no son entendidos en el sentido occidental, sino como convenciones morales.

Según la sinóloga francesa, Anne Cheng: (en el confucionismo) “El pensamiento se sitúa al nivel de las cosas, en lo real, y lo que predomina es la reflexión”. En China jamás se desarrolló la idea de la creación ex nihilo, como así fue en Europa. Ni tampoco existe un creador trascendente en la filosofía china, como sí existe en el teísmo occidental. Nada trasciende al mundo. No hay una idea que sirva de fundamento o punto de partida y convierta al sabio en prisionero. La sabiduría no tiene historia per se, viene de lo más lejano de los tiempos y se encuentra en la sabiduría popular.

La armonía del Universo y la armonía de la Sociedad son dos de las máximas del pensamiento chino primitivo. Cosmología y Política, y una decidida apuesta por el hombre que, en definitiva, deviene en una ética humanista que debe conducir a la hermandad universal y que ha predominado durante toda la historia china.

Una ética que ve al hombre realizado solamente en tanto ser social, que ocupa un puesto y desempeña una función, no como un ser aislado. En la idea confuciana de la sociedad utópica, la jerarquía no es solo social, sino también moral. En la China antigua, la familia no era un núcleo reducido, sino un gran clan, donde muchos de sus miembros vivían bajo un mismo techo, reconocían un antepasado en común y mantenían vínculos con otros grupos del mismo origen. Y es aquí, en el humanismo, donde se inserta la política transformadora de la política de China.

Muralla china

UNA RESPUESTA COMPLEJA A NUESTRA PREGUNTA

No está siendo sencillo responder a la pregunta expuesta al comienzo de este artículo. Porque difícil es alcanzar un conocimiento y una comprensión sobre una sociedad regida por parámetros filosóficos, éticos y vitales tan distintos a los nuestros. Durante diez años viajé de forma continuada por este gran país como consultor y como empresario. Realicé sesenta y ocho viajes a distintas zonas, fascinado por un mundo que nunca dejó de atraerme, algo que me llevó a emprender más adelante distintos proyectos y a mantener mis relaciones con los ya amigos chinos. He devorado libros y muchos textos sobre ese gran país, he admirado su hermosa caligrafía y llegado a conocer a alguno de los maestros calígrafos actuales. Y, lo más importante, he conservado en China a alguno de mis mejores amigos. Pues bien, debo reconocer que me está siendo difícil y complicado internarme por la sociedad, la realidad y el universo chino más allá de los elementos más concretos. Y recomiendo vivamente a quien trate de hacerlo que deje de lado, si fuera posible, las normas, los criterios, y las formas de medir de nuestras sociedades occidentales.

En China existe un estado omnipresente y un partido comunista que controla el país de arriba a abajo con enorme eficacia. Y sí, utiliza métodos autoritarios y abiertamente coercitivos. Pero resulta burdo, insultante incluso, recurrir a este argumento para explicar la enorme eficacia mostrada por este país en su lucha contra la Covid 19. Porque ese estado, al mismo tiempo, vela por la seguridad, la salud y el futuro de todo el pueblo chino.

Lo que en otros países se consideraría solamente una grave contradicción, en China podría entenderse como la aceptación de la convivencia entre opuestos, la circularidad del Yin-Yang y la sabiduría heredada desde Confucio.