En Qatar, las sugerentes formaciones rocosas del desierto han mutado en una jungla de acero y cristal refulgente. Nuestro hogar temporal durante algunas jornadas será la capital, Doha.

En una ruta transcontinental como la que estamos realizando, tan pronto se está en lugares inhóspitos o retrocediendo a culturas de hace 5.000 años como se da salto a un mundo futurista. Todo ello conforma la ruta, a veces es aventura y otras veces es para saciar esa sed de conocimiento, esa curiosidad que nos embarga cuando nos adentramos en otra dimensión.

Recorriendo Doha entre arquitectura innovadora.

El café, símbolo cataría de bienvenida y cordialidad.

¡Churros en Qatar!

Esta desértica península sobrevivía gracias a la escala de comerciantes en sus puertos y de la recolección de perlas y entonces… ¡apareció el petróleo y el gas natural! El desierto está siendo fagocitado por las prospecciones y la expansión urbanita, ya nada volvió a ser igual.  Pero a pesar de todo, orgullosos de sus orígenes y de sus ancestros, siguen rindiendo homenaje a su pasado, manteniendo sus costumbres y recuperando el patrimonio que no ha sido devorado por el desierto o el paso del tiempo.

Qatar: entre titanes y marineros.

Doha la nuit!

Homenaje a sus orígenes.

Los brillos de las estrellas de las pasadas acampadas en el desierto se ven acompañadas de las luminiscencias que proyectan los imponentes rascacielos. Los estudios de arquitectura han dado rienda suelta a su imaginación, gracias a los generosos petrodólares, y sus impresionantes creaciones se imponen sobre el antiguo dominio del ancestral desierto.

Pero los dhows crujen meciéndose sobre el mar, unos pescando y otros navegando por la bahía para mostrar el centelleante skyline nocturno de la metrópoli qatarí.

¿Venecia?… ¡Pues no! Es el mall Villaggio en Doha.

Durante nuestros largos recorridos vamos encontrando rincones sorprendentes, edificaciones insólitas y panorámicas impresionantes. Ambientes futuristas y otros tradicionales. Malls de extravagante opulencia y mercados en zocos intemporales. Ajetreo en la urbe y parsimonia en parques y playas. Escenarios que rumiamos y asimilábamos cuando volvíamos a nuestro hogar nómada en un parque de la bahía repleta de dhows, al abrigo de los gigantes luminosos de acero y cristal, entre palmeras, bajo las estrellas y rodeados de todo un festival de luces multicolores.

Rincones de tranquilidad.

Arquitectura creativa: rosa del desierto gigante.

Un mundo futurista donde los tradicionales dhow salen a diario a pescar.

Arquitectura tradicional: recuperando el pasado en Al Khor.

Arquitectura tradicional: recuperando el pasado en Al Khor.

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