Diario de la expedición

Han pasado ya dos años desde que partieran de Kronstadt, cerca de San Petersburgo, en la primera expedición alrededor del mundo con un catamarán inflable y un mensaje de paz y hermandad. En este tiempo Evgeny Kovalevski y Stanislav Berezkin han llegado a las antípodas a pesar de tantos problemas con la primera embarcacion al no resistir bien la dureza del viaje, y que finalmente naufragó en mar abierto con pérdida completa cerca de Rapa Nui, la isla de Pascua. Ellos, sin embargo, están como rosas a pesar de las incontables noches de vigilia, a pesar de tormentas aterradoras en el océano, a pesar de tantas aventuras… lo mas cercano que he conocido a los antiguos navegantes exploradores, duros, resilientes, capaces de improvisar, de no perder los nervios ante una dificultad… de resistir y avanzar. En Pascua tuvieron la fortuna de conocer a un residente ruso con un catamarán de características aproximadas con el que pudieron continuar el viaje.

El 4 de agosto nuestros amigos llevaban casi una semana en Vanua Levu, archipiélago de las islas Fiji descansando tras la travesía desde Samoa. Durante su estancia repararon el agujero en uno de los flotadores, resultado del ataque de un cookie-cutter, un tiburón joven de mar profundo que en esta expedición conocen muy bien por su afición a morder los flotadores inflables, como las orcas en Finisterre o Gibraltar.

El 28 de agosto los tripulantes arrancaron el motor fueraborda y salieron de la laguna Efate en Vanuatu. Su siguiente objetivo era el puerto de Cairns en Australia a donde planean llegar en dos semanas. Navegando en el Pacífico, durante el 4 y el 6 de septiembre con continuos ataques de tiburones hasta que por fin, la noche del 6 de septiembre, hoy mismo, en alta mar comprobaron que ambos flotadores del catamarán, estaban dañados, perdían aire y su barco iba gradualmente hundiéndose. Sus llamadas de socorro tuvieron éxito, y fueron rescatados in extremis por un mercante panameño Dugong Ace que acudió en poco tiempo. Afortunadamente están ya a salvo aunque por el momento no sabemos hacia donde se dirigen sus rescatadores.