“La tumba de Djehuty es un monumento a las letras escritas”

Boletín 73 – Sociedad Geográfica Española

25 años explorando el mundo

Doctor en Egiptología, Científico Titular del CSIC, responsable de varios de los más importantes descubrimientos  realizados en Egipto en los últimos años, premio nacional de investigación de la SGE en 2006, José Manuel Galán Allué dirige el Proyecto Djehuty en Luxor, cuyos principales resultados, entre ellos el único jardín funerario excavado hasta hoy, se abrirán  al público en febrero de 2023.

El próximo 9 de febrero los viajeros que acudan a la ciudad egipcia de Luxor podrán  convertirse en los primeros  visitantes de un conjunto monumental de gran belleza de 3500 años de antigüedad  estudiado,  excavado y restaurado desde  el año 2000 por un equipo  español. Ese día se abrirán  al público por primera  vez las tumbas de Djehuty  y Hery situadas en el macizo rocoso que se eleva en la orilla occidental del valle del Nilo, al pie de una colina que se conoce hoy con el nombre de Dra Abu el-Naga. justo enfrente  del templo de Karnak situado en la ciudad al otro lado del río. Son dos monumentos funerarios adorna- dos con preciosos relieves y con un extraordinario  valor histórico para conocer detalles de la corte cuando Egipto se convirtió en un gran imperio.

El grupo de españoles que durante  22 años ha realizado las excavaciones y restauraciones  de estos monumentos arqueológicos ha estado dirigido por el madrileño José Manuel Galán, de 59 años, profesor de Investigación en el Centro de Ciencias Humanas  y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Cien- tíficas (CSIC). Fue distinguido por su labor como premio nacional de Investigación de la Sociedad Geográfica Española (SGE) en 2006. Le gustaron tanto los fines de esta sociedad que se fue involucrando poco a poco en ella de tal modo que durante  ocho años ha sido miembro de su junta directiva.

“EL VISITANTE PODRÁ APRECIAR CÓMO ERA UNA NECRÓPOLIS  EN EL AÑO 1600 A.C. Y LUEGO  VISITAR LAS TUMBAS  DE HERY Y DJEHUTY”

SGE. ¿En qué consiste el conjunto arqueológico que se abrirá al público?

J.M. GALÁN. Se trata de las tumbas de dos altos funcionarios egipcios que, curiosamente, prestaron sus servicios a dos mujeres. Hery, que vivió en torno al 1520 a.C., fue supervisor del doble granero de la esposa y madre del rey Ahhotep, y Djehuty sirvió como supervisor del tesoro y de los trabajos de la reina Hatshepsut hacia al año 1470 a.C. Las tumbas que hemos excavado, restaurado y acondicionado para las visitas del público penetran 17 metros en la montaña y están decoradas con relieves, lo que permite  que las visitas en el futuro sean sostenibles en el tiempo, porque las pinturas son las más perjudicadas  por la presencia de visitantes en las tumbas. Hemos trazado además un camino y abierto una pequeña  plataforma desde la que se puede observar todo el yacimiento. Desde ella se pueden  ver las capillas de adobe y los pozos funerarios de la dinastía XVII, de alrededor  del año 1600 a.C., e incluso la réplica del jardín que encontramos en 2017, hecho de barro y adobe, del que hemos realizado una réplica con la empresa Factum  Arte y la hemos instalado encima del original. Y el jardín original, que es muy frágil, lo hemos cubierto con una plataforma de metal y unas planchas aislantes. Sobre esas planchas hemos colocado la réplica que hicimos en Madrid exactamente igual que el original. El visitante podrá apreciar cómo era la necrópolis en el año 1600 a.C. con las capillas de adobe, los pozos y el jardín funerario para luego pasar a visitar las tumbas de Hery y Djehuty.

Lo bueno  de nuestro  yacimiento es que nos permite  seguir la evolución de có- mo eran las tumbas en Tebas desde el año 2000 a.C. hasta el año 1500 o 1470 a.C., algo que no se puede  ver en Luxor. Las tumbas en Luxor son como islas, no se ve la relación de una con otra ni lo que hay alrededor  de ellas. Nosotros hemos sacado a la luz parte del paisaje funerario  de la necrópolis, lo que también resulta muy atractivo para el visitante.

El yacimiento se encuentra enfrente del templo de Amon-Ra en Karnak.

La excavación arqueológica reúne expertos de muy diversas disciplinas.

Las paredes interiores de los monumentos funerarios de Djehuty y de Hery están íntegramente decoradas con escenas en relieve e inscripciones que constituyen verdaderos libros abiertos sobre la historia social y cultural del antiguo Egipto.

“UNO ENTRA EN LA TUMBA DE DJEHUTY, SUPERVISOR DEL TESORO  DE LA REINA HATSHEPSUT, Y TIENE  LA SENSACIÓN DE QUE ESTÁ EN EL MUSEO DE BERLÍN”

P. ¿Qué es lo más espectacular

R. Las tumbas que ahora se abren al público son peculiares y muy interesantes,  ca- da una por razones distintas. La tumba de Hery, supervisor del doble granero de la madre del rey y esposa del rey Ahhotep, es una de las pocas tumbas decoradas de comienzos de la dinastía XVIII, del año 1520 a.C., cuando Tebas se convierte en la ca- pital de Alto y del Bajo Egipto y empieza a extender su influencia por Siria, Palestina y Nubia. La de Hery es una de las primeras tumbas, si no la primera, que se conserva decorada. El estilo de sus relieves recuerda  mucho a la época anterior en que se decoraban las tumbas con el estilo de la época clásica, la dinastía XII, de 500 años antes. En cuanto a la tumba de Djehuty, supervisor del tesoro y de los trabajos de la reina Hatshepsut, es más grande y tiene dos inscripciones biográficas en las que Djehuty cuenta y enumera  los trabajos que realizó para la reina en Tebas. Por ejemplo, confiesa que fue él quien cubrió con electro (una aleación de plata y oro de color ámbar) los obeliscos que la reina levantó en el templo de Karnak y también nos dice que él cubrió con oro la barca sagrada de Amón. Estas inscripciones nos informan también de las principales obras del reinado de Hatshepsut. Otra particularidad interesante es que Djehuty convirtió su tumba en un monumento a las letras escritas. Quería seguramente demostrar  a sus contemporáneos y a los visitantes del futuro que dominaba el arte de conjugar la escritura con la arquitectura. Desde la fachada hasta la cámara sepulcral, su tumba está pensada para demostrar  sus capacidades como escriba que era, lo que la hace muy peculiar y distinta a otras tumbas que a lo mejor son más visuales, más figurativas. Sus relieves se conservan bastante  bien y como su techo original se hundió, hemos cubierto esa parte y le hemos puesto una malla metálica con unos leds en el marco que iluminan las paredes desde arriba. Esta iluminación cenital resalta extraordinariamente los volúmenes de los relieves. Se trata de algo original que otras tumbas no pueden hacer por estar decorados los techos. Uno entra en la tumba de Djehuty y tiene la sensación de que está en el museo de Berlín.

Jarrita con cebada y dátiles.

Collar de cuentas.

P. Veintitrés años de excavación han debido exigir  muchos  metros  cúbi- cos de tierra  movidos, muchos  trabajadores, un muy numeroso y varia- do equipo de especialistas…

R. Cuando llegamos al yacimiento sólo se veía la entrada  a la tumba de Djehuty, en una hondonada  que, por su proximidad al poblado de Dra Abu el-Naga, se había convertido en un vertedero.  Ahora hemos sacado a la luz no sólo las entradas a las tumbas de Hery y su vecino Djehuty sino otras tumbas que están alojadas con estas dos. En 2006 el gobierno  egipcio, a través del gobernador de Luxor, con la colaboración del Ministerio  de Antigüedades,  derribaron  el poblado de Dra Abu el-Naga porque  no reunía las mínimas condiciones de salubridad. A cada familia le dieron una o dos casas en el pueblo de New Qurna. Nosotros aprovechamos la ocasión para ofrecernos  a limpiar parte del poblado a cambio de extender  nuestro  yacimiento hacia el sur. Se nos concedió la ampliación y lo que hemos estado excavando desde  2011 hasta ahora es lo que estaba debajo del poblado de Dra Abu el-Naga. Todas las capillas de adobe y los pozos funerarios  de la familia real y los altos dignatarios de la dinastía XVII se encontraban debajo de las casas modernas.  Paradójicamente las casas modernas  no solo no habían destruido  las capillas de adobe, sino que, al estar construidas encima, las habían protegido. No sé muy bien cuantas toneladas de metros cúbicos hemos retirado,  pero muchas, muchísimas. Cada año contratábamos entre  100 y 140 trabajadores  egipcios y cada año viajamos entre  25 y 30 personas del equipo técnico.

Nuestra  excavación, como todas las excavaciones arqueológicas,  es como un laboratorio en el que colaboran representantes de diversas disciplinas, no sólo arqueólogos, antropólogos físicos y los paleopatólogos que estudian las momias, sino también  restauradores, fotógrafos, dibujantes,  arquitectos,  geólogos, entomólogos que estudian  los insectos que viven y anidan en los sudarios de las momias… Los arqueobotánicos, por ejemplo,  en nuestro  caso han estudiado las semillas y las plantas que se cultivaron hace cuatro mil años en el jardín que descubrimos  en 2017 o que aparecieron  en los restos de cerámica encontrados en el yacimiento.

Como encontramos  tantísimas, miles, de momias de animales, miles de ibis y halcones, y también  de serpientes  y de musarañas,  en el equipo  incluimos arqueólogos especialistas en momias de animales. Intervinieron también  especialistas en maderas y en polen fósil que nos informa de las plantas que crecían hace 4000 años, cultivadas o de forma espontánea,  en el valle del Nilo en el Antiguo Egipto. La arqueología es una especialidad  multidisciplinar  en la que en algún momento  pueden  intervenir  representantes de cualquier campo de la Ciencia y la Tecnología.

“HEMOS  ENCONTRADO NO SOLO TUMBAS Y MOMIAS SINO TAMBIÉN JARDINES Y LASCAS DE PIEDRA  CON LOS BOCETOS DE LAS PINTURAS”

P. En el yacimiento del  Proyecto Djehuty que  habéis  explorado ¿pue- den aparecer en un futuro  próximo  monumentos tan interesantes como las tumbas  que se van a abrir al público  en febrero?

R. En Dra Abu el-Naga todavía queda mucho para sacar a la luz. De hecho, nosotros hemos entrado  en dos tumbas de la dinastía XII, del año 2000 a.C., a través de agujeros de ladrones y las hemos escaneado, pero la entrada aún no se ve. Por fuera no se ve absolutamente nada. Pero por lo menos tenemos localizadas dos grandes tumbas que probablemente cuenten  también  con un jardín delantero como el que encontramos  en 2017. Lo bueno de nuestro yacimiento es que encontramos  no sólo tumbas y momias sino también  jardines, ramos de flores, pizarrines de escuela, el basurero  de los obreros  y artistas que construyeron  y decoraron  las tumbas y tenemos las cerámicas con el mortero,  con el pigmento empleado,  y, algo muy inusual, lascas de piedras calizas con los bocetos de las pinturas que luego los artistas realizaron en las paredes.  Seguro que hay mucho por descubrir,  el problema  no es la materia, en el proyecto Djehuty  hay trabajo por los menos para los próximos 50 años. El problema  es la financiación. A pesar lo valioso de lo descubierto,  cada vez es más difícil conseguir financiación y de ella depende  el futuro.

P. ¿Cómo llegaste a convertirte en egiptólogo?

R. Me licencié en Historia Antigua en la Universidad  Complutense de Madrid y como en España no había una especialidad dedicada a la Egiptología me marché a hacer el doctorado  en los Estados Unidos. Por suerte me dio una beca la Universidad John Hopkins de Baltimore donde hice el doctorado. Más tarde estudié un año en Alemania en Tubinga con una beca Humboldt y luego regresé a Madrid, donde me incorporé al CSIC.

“LA EGIPTOLOGÍA ESPAÑOLA HA CONSEGUIDO HACERSE UN HUECO MUNDIAL, PERO  NI HAY RESPALDO  INSTITUCIONAL NI FINANCIACIÓN SUFICIENTES”

P. ¿Cómo  está  en estos  momentos la Egiptología en España  y cómo  están valorados  los egiptólogos españoles en el mundo?

R. En España  no hay tradición  egiptológica. En el pasado hubo varios intentos para impulsar la Egiptología entre  nosotros, como cuando Howard  Carter visitó Madrid invitado por el duque  de Alba después  de descubrir  la tumba de Tutankamón  o cuando se trajo a España  el templo de Debod,  pero siempre de forma infructuosa. Hoy en día, aunque  hay Egiptología en varias universidades españolas los planes de estudio son tan generales que hacen difícil implantar un programa serio en esta especialidad. Hay Egiptología en Sevilla, en La Laguna, en Alcalá de Henares,  en Barcelona… Yo suelo decir que los egiptólogos españoles actuales son como los salmones, que nadan contra corriente.  Es un milagro que en estos momentos España tenga 12 misiones arqueológicas en Egipto, desde la de Saqqara en el norte, Oxirrinco y Heracreópolis  en el Egipto Medio, en Luxor hay varias y también  en Asuán… Es verdad que la Egiptología española ha conseguido hacerse un hueco en la Egiptología mundial gracias a estas excavaciones, todas ellas interesantes y exitosas, pero ni hay respaldo  institucional ni financiación suficientes. Habrá que ver si este éxito conseguido por la Egiptología española en el yacimiento de Djehuty  acaba siendo un espejismo o se consolida. En el CSIC estamos tres egiptólogos y todo se ha sembrado  bien, pero hay que seguir regando. En general, el problema  de la Ciencia en España es la falta de constancia. Se hacen grandes esfuerzos, grandes inversiones y de repente  se echa a perder  todo por la falta de continuidad,  por la falta de una política científica real.

Vista del fondo de la tumba de Djehuty;

El visitante podrá apreciar cómo era la necrópolis en el año 1600 a.C. con las capillas de adobe, los pozos y el jardín funerario y luego visitar las tumbas de Hery y Djehuty, que penetran 17 metros en la montaña y están decoradas con relieves.

P. ¿Cuál es el futuro  del  Proyecto Djehuty? Además  de  la apertura  al público  de las tumbas  ¿qué planes  tenéis para el año que viene?

R. Pues vamos a ver… Nuestra primera campaña de excavación se inició en 2002, por tanto, la campaña de 2023 será nuestra campaña número  22, que ya es una hazaña en sí misma, una hazaña desde el punto de vista de la financiación. La Egiptología de por sí es cara y ha sido muy difícil encontrar  patrocinadores  y subvenciones para poder ir tirando durante  22 años. De hecho, este año vamos a hacer por tercera vez un crowdfunding porque no tenemos suficiente dinero para ir a excavar. Es un poco triste, sobre todo este año, el de la apertura de las tumbas, cuando vamos a sacar el tercer documental  en Televisión Española, titulado “His- toria de una necrópolis”, que no tengamos dinero siquiera para ir… Pero bueno, se conseguirá. Gracias a Técnicas Reunidas y a la Fundación  Palarq, y gracias a todos los mecenas que han contribuido  en el crowdfunding,  iremos a excavar en enero de 2023 con las mismas ilusiones que en la primera campaña. Nos esperan cuatro pozos funerarios de la dinastía XVII, ca.1600 a. C., que es seguro que nos darán alguna sorpresa. Todos los que hemos excavado hasta la fecha fueron sa- queados en la antigüedad,  pero los ladrones actuaban  siempre con prisas y con mala luz, por lo que siempre se dejaban objetos interesantes que nos hablan de los individuos allí enterrados

Pero lo más importante y emocionante  será terminar  de documentar y restaurar las tumbas de Djehuty  y de Hery, iluminarlas con paneles solares y abrirlas al pú- blico. Es un forma de ofrecer a todos el fruto de nuestro trabajo, de devolver a la sociedad, la menos en parte, la ayuda económica recibida durante todos estos años. Con ello esperamos, además, haber contribuido un poco a estrechar los lazos entre España y Egipto a través de la cultura, el arte y la investigación científica.

Sandalias.