Viajar en tiempos de pandemia. Parece imposible soñar con grandes viajes y mucho menos con expediciones ambiciosas, pero la casualidad, o mejor dicho la causalidad, hizo que unos locos se encontraran en el momento preciso con los mismos pájaros en la cabeza, no hacía falta más. La determinación hizo que lo imposible se hiciera realidad y que tras innumerables trámites Indonesia nos expidiera un visado para este trabajo.

Este proyecto compartido ha sido gracias a tres patas. Tatiana Pankratof, fotógrafa, agente de viajes y alma indomable que siempre vio claro que nuestro destino sería Papúa. Olmo Romero, nómada digital, que hace tiempo que dejó su vida en España para tener una nueva en cada país donde reside, ahora afincado en Bali, sería absolutamente fundamental para conseguir sacar adelante este proyecto. Y quién esto suscribe, que definió el objetivo geográfico de este periplo.

Madrid- Qatar- Yakarta- Bali   Encuentro con Olmo, preparación de equipo, reparto de pesos y mochilas.

BALI- Yakarta-Macasar-Jayapura (Papua)

24-10-20

La isla de Nueva Guinea se divide en dos. La mitad oriental es un país independiente, Papúa Nueva Guinea, y su mitad occidental, es una provincia de Indonesia, denominada Papúa.

Sin lugar a dudas Nueva Guinea sigue siendo uno de los pocos terrenos indomables, vírgenes, inexplorados y con una biodiversidad todavía desconocida.

Las historias de montañas inaccesibles, nunca holladas por el hombre, de selvas interminables perviven en esta isla.

Hoy día los mapas siguen reflejando grandes extensiones sin información geográfica, una de ellas es territorio de comunidades nativas totalmente aisladas, custodias de la forma de vida ancestral en esta tierra, es Mamberamo.

El río Mamberamo vertebra la mitad norte de la isla, naciendo en  la cordillera central de Nueva Guinea, recorriendo las desconocidas montañas Foja.

Es emocionante enfrentarse de nuevo a un reto así, a los “no se puede”, “nadie conoce” “para qué”. Abrir una ruta nueva, que el nombre de una aldea se escriba quizá por primera vez en un cuaderno, poder aportar información de quién y como vive en este área…

Ahora toca recopilar información, para saber quién conoce el área, cuanto tiempo nos puede llevar, presupuesto…

Nuestra contacto, Anni, ha iniciado las gestiones. Y me temo que deberemos lidiar con algunos nativos demasiado interesados en acompañarnos, y separar información real de intenciones poco formales.

Aquí no hay grandes deportistas, estas tres patas solo están llenas de ilusión, buena voluntad y mente abierta.

Diego Cortijo