La Expedición Río de Hielo se desvía 300 km por grietas en un glaciar del Ilulissat

La expedición Río de Hielo Groenlandia 2017, del eco-vehículo polar Trineo de Viento, comienza su navegación por el hielo interior de Groenlandia con algunos  días de retraso debido al mal tiempo inesperado a su llegada a Kangerlussuaq, en el suroeste de la isla, y por una de las primeras decisiones a las que se ha tenido que enfrentar, desviar la ruta inicial 300 kilómetros de su rumbo para sortear las profundas grietas del glaciar interior groenlandés en el fiordo de Ilulissat. Pese a este inconveniente, las bajas temperaturas que hay en el Ártico están favoreciendo al equipo, ya que, de momento, no se han encontrado con los grandes lagos de agua y la nieve blanda que dificultaron el avance del Trineo de Viento en la expedición de 2016. En estos momentos se encuentra a 1.500 metros de altitud y su primer objetivo es alcanzar la cota de 3.200 metros.

Su regreso está previsto para el próximo 27 de junio.

Durante los últimos días en Kangerlussuaq, el director de la expedición, el explorador Ramón Larramendi, y los cuatro miembros del equipo, han ultimado los preparativos de los dispositivos científicos que llevan a bordo y con los que está previsto que recojan datos del estado de la nieve y el aire a lo largo de 1.200 kilómetros de navegación.

El vehículo diseñado por Larramendi permite desplazarse miles de kilómetros por los territorios polares, adaptándose perfectamente a las condiciones del terreno, con cero emisiones contaminantes y una gran eficiencia.

Su primer destino, al que esperan llegar en 15 días, es la mayor corriente de hielo de Groenlandia, en el noreste, un río de hielo que comienza justo en la cumbre central y se dirige en forma de cuña, hacia la costa este para alcanzar el océano. Se conoce como la Northeast Greenland Ice Stream (NEGIS) y conocer mejor sus dinámicas es uno de los objetivos de los trabajos que se van a desarrollar.

En total, está previsto que realicen 17 perforaciones de entre 10 y 15 metros de profundidad para los proyectos internacionales ‘Dark Snow’ (estudio del impacto de la contaminación en el deshielo) y Ice2Ice (estudio del deshielo en la banquisa ártica). Asimismo, se recogen muestras de aire para un proyecto del biólogo Antonio Quesada, de la Universidad Autónoma de Madrid, y se pone a prueba un georradar movido por energía solar de la Politécnica de Madrid. Parte de estos trabajos se desarrollan en colaboración con científicos de la base científica  EastGRIP.

El equipo lo componen, además de Ramón Larramendi, el científico australiano Ross Edwards, el guía de montaña y logista antártico Hilo Moreno, el productor audiovisual Nacho García (The Beagle Productions) y el groenlandés Jens Jacob Simonsen.

Desde ahora, harán turnos de navegación, con solo cuatro horas de descanso entre ambos, hasta llegar al mencionado ‘río de hielo’.

Larramendi, antes de la partida, ha señalado: “Este año las perspectivas son mejores que las que nos encontramos en 2016, porque aunque pasemos más frío, y esperamos temperaturas muy bajas, es mucho menos problemático que el deshielo. En principio, según las previsiones que nos facilitan directamente desde la Agencia Estatal de Meterología, las condiciones en los próximos días son buenas, aunque pueden cambiar”.
La expedición está patrocinada por la agencia de viajes Tierras Polares y apoyada por EastGRIP y la Sociedad Geográfica Española. Será la única que en esta campaña atraviese 1.200 kilómetros por el corazón del Ártico con un objetivo científico sin dejar huella contaminante.

Cada día irán actualizando, vía satélite, un diario de la expedición que puede seguirse en la web: www.trineodeviento.org.

También se puede seguir la aventura con el hashtag #RÍODEHIELO2017 en las redes sociales.