El Trineo de Hielo pierde una cometa de 45 m. en el ecuador de su misión
1 de Junio 2017
Latitud 70.25 Longitud: -43.46 Altitud: 2.577 metros. 75 kms .
Una vez que la expedición consiguió superar las grietas del glaciar que retrasaron la ruta establecida inicialmente, pudieron ponerse en marcha. Desde entonces han conseguido avanzar casi 400 km por el hielo. Arrastrando 2.000 kg de peso a 7-11 km/h.
Hasta ahora la temperatura ha sido buena. Por el día ha hecho sol y mucho calor y por las noches han bajado las temperaturas. La tendencia será a la baja a medida que el equipo vaya ascendiendo hasta llegar a los 3.000 m. Asimismo el equipo procura aprovechar al máximo las horas de oscuridad ya que por la noche es cuando el viento sopla más fuerte.
Ross Edwards, científico a bordo, está entusiasmado. Está ya pensando en nuevos trabajos científicos que podrán hacerse con este eco-vehículo. De hecho, ahora en marcha, el Trineo tiene un aspecto espectacular, con la cometa en un mástil, el recolector del aire…El georadar lleva muchos kilómetros activo, recogiendo datos de la nieve hasta a 20 metros de profundidad. Y también sigue activa la estación meteorológica y el colector de microorganismos. Todo ello equipamiento adherido al Trineo.
Van tan tranquilos y con tanto control que incluso han empezado a hacer la comida en marcha, tanta es la estabilidad que tienen a bordo. Las únicas dificultades con las que se habían encontrado hasta la fecha han sido, fundamentalmente, con el georadar, porque requiere tanta potencia que al comienzo dio problemas y no habían conseguido que funcionara como esperaban hasta los últimos días, pero finalmente han podido solucionarlo.
Todo esto son muy buenas noticias sobre todo después de la experiencia del año pasado. No había ni un problema… de momento. Y se estaban pudiendo recoger una gran cantidad de datos del estado de la nieve: temperatura, densidad, humedad… En fin, diversos parámetros que son los que requiere el proyecto Dark Snow en el que Ross trabaja con Jason Box.
Pero hoy ha sido un día duro.
Han perdido una de las cometas (45 m) probando un nuevo sistema para enganchar cometas al Trineo, precisamente para evitar cualquier posibilidad de pérdida al soltarla como ocurrió el año pasado. El incidente provocó su sustitución por otra de 60 m que supone la necesidad de dos personas en su manejo. Para hacer turnos, dado el esfuerzo, eran cuatro los tripulantes en la tienda de pilotaje. Y entonces ocurrió un segundo incidente. Ross manipulaba una de las baterías de las placas solares en la tienda posterior del convoy cuando se produjo una sobrecarga que originó un mini-incendio que llenó el espacio de humo. Inmediatamente, lo apagó con nieve, pero fue un susto dado que alrededor hay mucho material inflamable.
Tras estos incidentes, el viento ‘roló’ a dirección este y han tenido que parar. En cualquier caso, gracias a la ventaja que la expedición lleva, y teniendo en cuenta que una parada se volvía necesaria tampoco ha supuesto un gran contratiempo para la expedición.
“De momento, aquí estamos. ¡Hasta que un viento del sur nos impulse hacia el norte! Por cierto, la anécdota es que durante los dos últimos días nos sigue una gaviota. Nos adelanta, se posa en el convoy a descansar, nos sigue… Es la única vida que vemos a nuestro alrededor.”