Texto: Ana Puértolas

En 1923, Cambó, político conservador catalanista y ministro con AlfonsoXIII, viajó hasta Turquía con el propósito de comprobar de primera mano cuál era la situación del gran coloso de Oriente Medio tras el desmoronamiento del imperio otomano.

Nació don Francisco en 1876, un año antes de que Mossen Jacinto disfrutara del premio extraordinario de los Juegos Florales de Barcelona con su gran poema épico La Atlántida. Y como él, catalanista convencido, se valió de su lengua materna, el catalán, en sus muchos escritos. El que nos ocupa en estas páginas es su curioso libro Visions d´Orient, que, como señala uno de sus más conocidos biógrafos, el historiador Jesús Pabón, “…es de lectura amenísima. Si tal o cual afirmación hecha en él puede parecernos hoy históricamente discutible, se nos impone el conocimiento de tierras y de personas, e incluso el apasionamiento que sostiene el discurso o la narración.” En él se recogen los artículos publicados en “La Veu” a partir de enero de 1924, en los que da cuenta de sus impresiones sobre la situación política de Turquía tras la caída del imperio otomano, y sus relaciones históricamente encontradas con la vecina Grecia. Fue precisamente su viaje por Turquía en 1923, realizado para palpar y conocer más a fondo la situación de aquel país, el que constituye la fuente de sus comentarios y observaciones.

Especialmente notable es su visión sobre la nueva República turca de Mustafá Kemal, y las diferencias que llega a establecer entre su figura y el pasado movimiento de los Jóvenes Turcos. Así señala: “Quan Mustafa Kemal es r voltá contra el govern de Constantinoble […]a Occident ningú no va fer-ne cas. Más tarde, els comentaristes occidentals de les cosas d´Orient asimilaren el moviment d´Angora a la revolució des Joves-Turcs. I, no obstant, entre l´un i altre moviment hi havia un abisme.” Y pasa en ese momento a señalar el carácter puramente imitativo con respecto a Occidente de esa revolución, mientras que “el movimiento de Ankara”, el de Kemal, asegura, se basa en la restauración de las tradiciones propias, la reaparición de un estado nacional turco, alejado de ese arruinado símbolo del imperio otomano que es Constantinopla. “la Nació turca, dictamina, apartada de la influencia de Constantinoble, ha retrobat l´expresssió autèntica de la seva raça i del seu esperit nacional”.

Habrá que recurrir de nuevo al libro de Jesús Pabón, (la única biografía para la que se contó con los materiales proporcionados por la familia): “Cambó, en el capítulo de las responsabilidades por el desastre “de Grecia y de Inglaterra, de Lloyd George y de Lord Curzon-, insiste: Venizelos “pensaba en el Imperio Otomano, única realidad que tuvo en cuenta; no pensó que, dentro de un Imperio Otomano definitivamente muerto, hubiese una nación turca en la plenitud de su vida. Del Imperio Otomano no qwuedaba nada, pero quedaba Turquía, que dejaba ser la fuerza hegemónica de un estado complejo para convertirse en un estado-nación; una cosa[…]mucho más sólida y resistente que el Imperio Otomano”.

Conviene subrayar aquí la perspicacia de Francisco Cambó, quien pudo percibir, por debajo de la derrota de un imperio, la creación de una nueva nación, en manos de un dirigente enraizado con su país y con su gente, una realidad que costó mucho reconocer a la mayor parte de los políticos occidentales. Comentando el desastre griego en Esmirna, Cambó señala: “Mustafà Kemal no era solament un gran general: era i és un formidable polític; un home la qualitat suprema del qual és de saber manar y de saber infondre confiança cega i devoció fanàtica a aquells que comanda.

La intensitat del seu fervor patriòtic no li obscurí mai una visió exactíssima de les realitats, tant militars com politiques.”

Sin duda los artículos de Cambó, reunidos en el libro Visions d´ Orient, fruto de su viaje en 1923, constituyen un testimonio de gran interés para conocer la opinión de la Europa occidental sobre aquella Turquía, la cabeza de un Imperio destruido en la que estaba surgiendo ya una gran nación.


Para saber más:

Francesc Cambó, Visions d´Orient, Editorial Catalana, 1981.