Expedición

En busca de los restos de Vilcabamba la Grande, Capital perdida del reino Inca

Una expedición española liderada por el periodista e historiador Santiago del Valle Chousa y apoyada por la Agencia Española de Cooperación Internacional se dirige a Perú para tratar de completar la exploración de los restos Vilcabamba la Grande, la capital perdida del reino Inca.

El conjunto de hallazgos arqueológicos, analizados a la luz de la documentación histórica disponible, reafirma a los expedicionarios en la convicción de que están descubriendo los restos de Vilcabamba la Grande, la capital perdida del último reino Inca. Con esta nueva expedición, se trata de la undécima, esperan estar en condiciones de presentar una reconstrucción bastante precisa de la estructura original de la ciudad perdida, su zona noble, su núcleo urbano, las zonas agrícolas, el área religiosa y las estructuras defensivas que la protegían.

El misterio de Vilcabamba la Grande

La investigación comenzó siguiendo los pasos del cronista de origen gallego Juan Díez de Betanzos, quien viajó a la zona en el siglo XVI como mediador en busca de un acuerdo de paz entre la corona española y el reino Inca independiente. Betanzos se esforzó por  proteger y conservar la cultura y la historia de los pueblos andinos. Su matrimonio con la princesa inca Cuxirimay Ocllo, que había sido mujer principal de Atahualpa le unió familiarmente con la nobleza incaica. Su conocimiento del quechua, le permitió obtener de primera mano información sobre aquel imperio inca, que narra en su “Suma y Narración de los Incas”, una obra clave en la investigación y que se perdió con el paso del tiempo. Sólo se conocía una pequeña parte de ella – descubierta hace casi cien años en El Escorial por el historiador español Jiménez de la Espada.

Pero en 1987, la Historiadora Carmen Martín Rubio encontró un ejemplar completo en la biblioteca de la Fundación March en Palma de Mallorca.

La obra completa constituye el primer legado histórico referido a la genealogía de los Incas y uno de los documentos etnográficos más importantes del mundo andino ya que revela nuevos y sorprendentes datos sobre la historia y la cultura Inca.

Concluye con la despedida de Juan de Betanzos que parte como mediador para negociar la pacificación del reino de Vilcabamba, gobernado por el Inca Sayri Túpac, quien  mantenía su independencia frente a la corona española. Betanzos se entrevistó con el Inca en la cercana Pampaconas y no llegó a conocer la capital, Vilcabamba la Grande aunque sus explicaciones sobre la ruta han sido clave para su localización.

En busca de la ciudad perdida

La trágica historia del último reino Inca y los misterios que lo rodean, la relevancia histórica y su simbolismo atrajeron la atención de investigadores locales y de otros lugares del mundo que desde hace siglo y medio han perseguido la localización de Vilcabamba la Grande. De acuerdo con las crónicas de la época la ciudad se encontraba en lo alto de una escarpada montaña en unade las zonas del reino de más difícil acceso y la documentación existente en archivos y museos fue exhaustivamente revisada en busca de pistas para su localización.

Durante el siglo pasado comenzó la búsqueda de esta ciudad perdida con acercamientos graduales. En 1834 el  Conde de Sartigni descubrió Choqquequirao, que en 1847, Françoise Angrand  interpretó como la capital del reino Incade Vilcabamba. Esta misma tesis la mantuvo en 1865 Antonio Raimondi . En 1909 el historiador C.A. Romero demostró que era un error.

Hiram Bingham realizó varias expediciones en busca de la capital perdida. En 1911 descubrió Vitcos y a continuación Espíritu Pampa. Buscó el emplazamiento de la ciudad Inca de Pampaconas pero no consiguió identificarla. Por último a cien kilómetros al oeste de Vitcos descubrió Machu-Pichu, donde creyó haber encontrado Vilcabamba la Grande; aunque investigaciones posteriores confirmaron que el territorio de Vilcabamba y su capital se encontraba más al oeste.
En los años siguientes importantes expediciones francesas, italianas, norteamericanas y peruanas recorrieron el distrito de Vilcabamba. Entre ellas cabe citar las dirigidas por Luis Angel Aragón en 1943 y Santander Caselli en 1965. El norteamericano Gene Savoy en 1966 afirmó que las ruinas descubiertas por Bingham en 1911 en Espíritu Pampa eran los restos de Vilcabamba la Grande. Durante los años siguientes muchos investigadores aceptaron esta tesis que tuvo gran repercusión mundial, aunque un estudio más detallado del lugar permitió llegar a la evidencia de que Espíritu Pampa no es Vilcabamba la Grande. La estructura del lugar, situado en un valle bajo, fácilmente accesible, no coincide con las descripciones del siglo XVI sobre la gran capital Inca perdida, que era inaccesible para los caballos, de acuerdo con las crónicas de la época. El principal error de Savoy fue confundir el río Pampaconas, algo de gran importancia en esta investigación, porque el ejército español avanzó siguiendo el Pampaconas en su ataque final a Vilcabamba la Grande. Sorprendentemente, su ubicación estaba indicada correctamente ya en 1908 en un mapa publicado por el Instituto Geográfico del Perú archivado en la Biblioteca Nacional de España y que posteriormente ha sido fundamental para la investigación.

Objetivos de la expedición

Los reconocimientos realizados en estas diez expediciones llevan a los expedicionarios a la conclusión de que el núcleo de la ciudad perdida se encuentra en esta área, en torno al palacio del Inca que creen está ubicado en un promontorio a 3.200 m. donde se acometerán trabajos de limpieza y excavación.

  • Se quiere completar la exploración de la zona oeste de Vilcabamba la Grande para identificar otros restos arqueológicos así como los caminos incas de acceso a la capital Inca, explorando la ladera norte del Apu Choquezafra. De acuerdo con el acta oficial de ocupación -redactada en 1572 por Sarmiento de Gamboa- la ciudad en su conjunto tenía “legua y media de largo por media legua de ancho” y estaba integrada por unas trescientas viviendas. Si se considera la ciudad en su conjunto -incluyendo la extensa área agrícola de la capital, que los españoles encontraron en plena explotación- las medidas de la ciudad que se están descubriendo coinciden plenamente con las descripciones del Acta de Ocupación.
  • La excavación de los recintos identificados hasta el momento en Vilcabamba la Grande
  • La exploración del área en busca del Palacio del Inca y del núcleo principal de la ciudad perdida.
  • La exploración de la ladera norte y primera escalada del Nevado Choquezafra, el apu (montaña sagrada para los Incas) principal  desde Lugargrande,  prospección de la zona alta del valle investigando la existencia de caminos y otros restos incas en la altura.
  • Además del interés arqueológico de estos hallazgos, en la ladera norte del Nevado Choquezafra se ha encontrado un paraje natural de altísimo interés ecológico. Está habitado por algunas especies amenazadas o en peligro de extinción en la región, por lo que paralelamente a las  investigaciones arqueológicas se apoyarán acciones en favor de la conservación ambiental y la declaración de área protegida de reserva natural ya que la conjunción de los valores históricos, arqueológicos y ecológicos da a la zona un interés excepcional.

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